Hordas al borde del ataque de nervios

Por Alfonso de la Vega

“Si llevamos un poco más allá nuestro análisis del pensamiento colectivo encontraremos que la dialéctica del poder y la necesidad de sumisión y satisfacción, acaba siendo una dialéctica del odio. La colectividad no sólo necesita absorber a todo el que pueda sino también, implícitamente, odiar y destruir a todo aquel que no pueda ser absorbido. Paradójicamente, una de las necesidades de la comunidad es rechazar a ciertas clases, o razas o grupos, para fortalecer su propia conciencia de sí misma odiándolas en vez de absorbiéndolas.”  (Thomas Merton) 

Un lúcido fraile trapense fallecido hace más de medio siglo nos da una clave importante para mejor comprender algunos aspectos del fenómeno Alvise.

La inesperada irrupción de Alvise en el panorama público español pese al sabotaje al que ha sido objeto ha revuelto la hedionda cloaca político mediática borbónica hasta extremos increíbles, mostrando sin ningún tipo de decoro ni tapujos su cobardía, degeneración intelectual y moral y su nula voluntad de servicio a la opinión pública. El régimen se siente amenazado y ataca de modo despiadado y sin escrúpulos. Ni supuestas derechas ni tampoco zurdas, ambas se unen en el bochornoso acoso.

Ya no sólo tenemos que aguantar los insufribles ditirambos ridículos de la prensa cortesana sobre la heroica figura de don Felipe, El Amnistiador, sino también la carrera en pelo por ver quién es más virulento en el linchamiento del emergente francotirador electoral que ha venido a agitar el océano de mentiras y corrupción del reino filipino.

Ignoro si esta infame jauría desbocada se da cuenta de su comportamiento inmoral y de hasta que punto está haciendo el ridículo, pero mientras unos calumnian a Alvise al que no permiten el derecho de rectificación, norma de obligada profesionalidad y más entre los que presumen de virtuosos, escandalosos lameculos tratan de vendernos la tela invisible de las virtudes de Su Majestad.

Y aunque el gobierno de Su Majestad amenaza con perseguir y encarcelar a jueces y periodistas, las hordas mediáticas nos tratan de hacer creer que nuestro problema es… ¡Alvise!

El Régimen borbónico puede estimar que Alvise representa un peligro más difícil de neutralizar ahora si sigue denunciando su corrupción sistémica desde una posición de aforamiento. Pero hay más, lo que aún pudiera ser peor. Que los abstencionistas se decidan a votar por un aglutinante o catalizador anti tinglado C78 que pueda surgir tras este ejemplo. Hasta ahora la abstención era manejada por el Régimen con relativa comodidad, dado que no se restan los escaños correspondientes, ni apenas nadie protesta por la deslegitimación del tenderete partitocrático, no ya solo de ejercicio sino también en cuanto a representatividad de origen. 

Pero la realidad imita al arte. Alvise ya es el nuevo enemigo del pueblo. Como en la obra de Ibsen, el problema es quien denuncia que las aguas del apacible balneario en realidad son peligrosas para la salud pues están corrompidas, no el hecho de la corrupción en sí misma.

Ibsen ya lo explicaba en su famosa obra teatral Un enemigo del pueblo. La verdad, la salud, el bienestar público, se sacrifican a intereses privados bastardos. El éxito se encuentra en tener la capacidad de vender la traición como cosa saludable y harto conveniente porque tenemos una Monarquía envidiable y una Corona que desde luego no nos merecemos.

Y es ese relato el que cae por su base cuando hay alguien que lo desenmascara con datos. Un seguidor de la antigua máxima libertaria de la propaganda por la acción.

El reinado de don Felipe se describe muy bien en un famoso apólogo del Conde Lucanor: El árbol de la Mentira. Constituye todo un ejercicio de simulación protegida por la corrupción mohatrera de los media oficialistas y hasta ahora impune.

Pero no hay que perder la esperanza de que sea posible que la Verdad pueda salir a la luz dando con el árbol y sus apretadas ramas llenas de granujas y sinvergüenzas en tierra. Al más mínimo temblor surge el pánico en el tronco, ramas y hojarascas.

De momento, acaso para disimular mejor su inquietud, las mesnadas de la pseudo derecha centrista socialista domesticada se disponen a homenajear al Borbón con estupendos jolgorios de músicas, flores y carteles. Para mejor celebrarlo, sugiero que podemos recordar un logro de gran mérito: El 32,2% de la población española menor de 18 años se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión social en 2022, según  Eurostat. España es el tercer Estado miembro de la Unión Europea en el que más niños y niñas estaban en tal situación, solo por detrás de Rumanía (41,5%) y Bulgaria (33,9%). Pronto podremos ser los segundos y con otro poco de dedicación alcanzar la cabeza.