Aunque lleva décadas siéndole, le viene de familia, estos últimos años el simple hecho de saber que Bill Gates opinaba o estaba detrás de algo, ya levantaba las sospechas de todo el mundo. Oscuro multimillonario, del que incluso se duda que sea el verdadero creador del sistema operativo que domina el mundo informático, sabe de todo, opina de todo y se enriquece con todo lo que, previamente, ha tratado de manipular o desinformar.
Por eso se ha convertido en un ser al que mucha gente desprecia, del que mucha gente duda y que, desde luego, quiere tener lo más alejado posible. Y viendo lo que estamos viendo, incluso ya podemos dudar de que sea la cabeza de algo ya que, como personaje de gran visibilidad que es, suponemos atiende a las órdenes de otros que permanecen ocultos.
Lo define de forma muy acertada el investigador David Icke en una de sus últimas publicaciones en Twitter:
«Sus ojos fríos, sin vida y sin amor te dicen quién es realmente. Este hombre es un mentiroso psicópata, aunque a cualquiera que preste atención no les diré lo que no sea obvio.
Es un asesino en masa de un número fantástico de personas con sus vacunas falsas y otros medios. Pero todavía está prófugo porque es un importante agente del Culto Global y ellos protegen a los suyos.
China es un centro de culto fundamental y fue el modelo desde el principio tanto para la liberación falsa del ‘virus’ falso como para la respuesta draconiana repetida en todo el mundo, como bien sabe Gates. Sabe que todo lo que dice aquí, con los brazos agitando como un lunático demoníaco, es mentira.
Así es un mentiroso profesional. Así es como luce un asesino en masa. Éste es Bill Gates».