Hay veces que, viendo los vídeos que circulan por las redes sociales, pensamos si el comportamiento que vemos en mucha gente habrá sido así siempre, o será cosa de estos tiempos en los que todo se graba con un móvil.
Y la respuesta podría ser esta última, si no fuera porque ya llevamos varios años en los que circulan infinidad de vídeos por internet, pero no tan impactantes como los de los últimos meses. Cuando los calificamos como «impactantes», nos referimos a que hay vídeos en los que se ven demasiados comportamientos agresivos o, ciertamente, extraños.
Hace unas horas, el propietario de Twitter, Elon Musk ha compartido otro de esos vídeos. Musk se pregunta en el tuit en el que compartía el vídeo si «hay una crisis de salud mental» en los EEUU y quizás él mismo sea uno de los que tanga la respuesta ya que es uno de los que aboga por extraños implantes en el cerebro humano.
Y como sabemos, perfectamente, que Musk es uno de los que sabe más de lo que cuenta, hemos seguido leyendo el hilo y nos hemos encontrado con una más que sospechosa interacción. Uno de los usuarios que interactuaba con Musk decía lo siguiente: «La gente se está riendo, ¡pero el encierro se llevó a los que estaban al límite directamente!» Y Musk le respondía: «Buen punto. Se han pasado por alto las implicaciones de COVID en la salud mental. Tenemos que revisar y abordar».
Pero, bajo nuestro punto de vista, la cosa no va solo de los encierros ilegales por un bicho inexistente. La cosa creemos que está en lo que la gente se ha metido en el cuerpo para curarlo. La neuromodulación de muchos es cada vez más evidente y más clara, por el comportamiento que vemos, no solo en este tipo de vídeos, también todos los días por nuestras calles.
Hay algo que se está haciendo y que es desconocido para la mayoría de nosotros, seguramente no para Musk. No hay más que ver el comportamiento de muchos, incluso de familiares y personas más cercanas.