El pasado viernes 18 de octubre de 2024, The First National Bank of Lindsay, ubicado en Oklahoma, fue cerrado por la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) en conjunto con la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), que actuó como síndico. La decisión fue tomada tras detectar documentos bancarios presuntamente falsificados y otras irregularidades financieras. Además, se encontraron problemas de capital que mostraban que los activos del banco eran insuficientes para cubrir las obligaciones con sus acreedores.
La FDIC emitió un comunicado informando que los depositantes con cuentas no aseguradas recibirán inicialmente el 50% de sus fondos a partir del lunes 21 de octubre de 2024, con la posibilidad de que esa cantidad aumente conforme se vendan los activos del banco.
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Este caso contrasta con el trato recibido por los depositantes no asegurados del Silicon Valley Bank (SVB) en 2023, cuando el gobierno intervino para garantizar todos los depósitos, tanto asegurados como no asegurados. La acción con SVB protegió incluso a grandes depositantes, algunos con hasta 500 millones de dólares, como fue el caso de empresas como Roku.
La diferencia en el manejo de esta situación plantea preguntas sobre si las futuras políticas de la FDIC serán menos flexibles para proteger a grandes depositantes no asegurados. También deja entrever posibles dudas sobre la estabilidad del sistema bancario en EE.UU., especialmente si un pequeño banco como The First National Bank of Lindsay provoca un cambio en la respuesta de los reguladores. Con una sola oficina según News 9, este banco modesto refleja el impacto que las decisiones de los reguladores pueden tener en la confianza del público en el sistema bancario.
El futuro parece incierto, lo que podría aumentar la preocupación de los ciudadanos por temas fundamentales como el acceso a bienes esenciales, la seguridad financiera y la inversión en activos como metales preciosos, en medio de un creciente descontento social y económico.