Lo de los globalistas de la Unión Europea es, la mayoría de las veces, tan ridículo, como absurdo y poco creíble. Porque si tenemos en cuenta que China es una superpotencia que, además de proveedor de todo el mundo, tiene una enorme población y también se ha apropiado de la deuda de infinidad de países, el hecho de que alguien de la UE le haga algún tipo de exigencia debe causarles una gran hilaridad, además de un enorme enfado.
Y es que resulta que el principal funcionario climático de la Unión Europea dijo el jueves que China debería dejar de construir nuevas centrales eléctricas de carbón y contribuir a un fondo mundial para ayudar a los países pobres afectados por el cambio climático.
Wopke Hoekstra, el comisario de clima de la UE, planteó ambos temas en lo que calificó de conversaciones intensas y abiertas con sus homólogos chinos antes de la apertura de las conversaciones climáticas de la ONU en Dubái a finales de este mes.
Todo esto ha sido debido a que China está construyendo 300 nuevas plantas de carbón cada año y la Unión Europea pretenden que dejen de hacerlo. Seguramente los chinos estén tremendamente preocupados por esto.