Yo diría más aún. Diría que es una birria de sentencia, que no se merece ningún respeto, por la sencilla razón de que no tuvo ninguna la relación con la realidad de los hechos y sólo se hizo para culminar un paripé de juicio en el que salió la verdad a raudales, de boca de los propios jefazos de la Policía de Aznar, pero no hubo manera de meterle mano a esa verdad que parece que involucra a los intocables. Más bien, si atendemos a las falsas pruebas y esos cabezas de turco, lo que se hizo fue taparlo todo de mala manera.
Todo interrogatorio que pudiera llegar a una verdad definitiva sobre algún aspecto esencial del atentado y la trama del encubrimiento fue rápidamente cortado desde la propia presidencia del Tribunal y en todo caso, aunque salieran conclusiones muy desfavorables para la versión oficial, dicho tribunal las ignoró todas una y otra vez a la tesis de que esto era un tema de unos moros de Lavapiés. Sin ninguna autoría intelectual ni conexión con ninguna banda de ningún tipo más allá de una triste y para policial banda de pseudomineros asturianos que no tienen nada que ver con el tema tampoco.
Los fiscales fueron los primeros que mostraron una objetividad increíble a la hora de ignorar lo que no les convenía. Con razón les llamó Ignacio López Bru la Fiscalía de la Media Luna, ya que todo lo que no oliera a morito les importaba un auténtico pito. Lo importante era demostrar que los confidentes policiales varios que tenían en la sala eran unos tipos muy malos que actúan por su cuenta. Incluso con presuntas ideologías islamistas radicales que nunca se pudieron ni siquiera atisbar en un personal que pasaba bastante de todo lo que no fuera buscarse la vida como fuera.
El papel de los letrados en el juicio del once m fue igualmente penoso. Es que no daban una con la excepción horrorosa de tres o cuatro que hacían algunas preguntas consistentes, la verdad, el 99% de lo que se preguntaba ahí eran auténticas mamonadas que no llegaban a ninguna parte. Que no tenían otro fundamento que un sumario trampeado, cosido a base de pifias por unos polizontes y políticos corruptos. Con un juez instructor que se dejó colar todos los goles del universo y que no hizo nada incluso cuando le intentaron meter en el sumario una prueba tan demostrada falsa como la Skoda Fabia.
Lo peor de todo, más allá de la indefensión y de la rabia contenida en que quedaron las víctimas, fueron las condenas récord de personas que no tenían nada que ver con lo sucedido y que no son más que auténticos paganos de la situación. Los más notorios: Jamal Zougham y Trashorras, cuyas pruebas de convicción son tan absurdas como ilegales.
Es mejorable no, es que prevaricaste y encubriste lo que es muy grave.
Rafa Zouhier esta en Marruecos en cuanto salio lo deportaron no sea que si se quedaba por aqui se iba de la lengua o bien se quiso largar el no sea que lo matarán. La prevaricación y el perjurio es la raiz de todos nuestros problemas de todos. Hay que legislar ya contra jueces y fscales para procesar y destituir a muchos.