A menudo hemos oído, o incluso hemos dicho, que somos hijos (o herederos) de la cultura (o de la tradición) judeo-cristiana pero ¿sabemos todos lo que significa eso? Los ateos no. Ellos pasan de ir a misa y, solo por eso, creen que ya están fuera de su influjo. No se dan cuenta de que la cultura judeo-cristiana lo impregna todo, y muy especialmente el derecho, con el cual se rige todo. No por otra cosa, las cárceles laicas se llaman centros de penitencia.
La cultura judeo-cristiana no solo consiste en misas y en procesiones de Semana Santa (A las que se apuntan, por cierto, muchos ateos). Los mismos prejuicios que afectan a la mayoría de creyentes, en el tema del sexo, afectan a la mayoría de ateos, y lo demuestra su obsesión con los delitos sexuales. ¿Por qué la sociedad considera más grave una agresión sexual que otro tipo de agresión? Por influencia judeo-cristiana, evidentemente. ¿Por qué los izquierdistas ateos están empeñados en castigar, de un modo especial, los delitos relacionados con el sexo? ¿Por qué quieren abolir la prostitución y no todos aquellos oficios en los que hay que prostituir el cuerpo entero, e incluso la mente? ¿Es más valioso el órgano sexual que la mente?
La verdad es que los pastores judeo-cristianos siempre han utilizado el sexo para controlar la mente del rebaño. Reprimir el sexo lleva, al reprimido, a “pecar” (Porque cuando se reprime el sexo sano surge el patológico, ya lo dijo Freud) y el pecado le lleva a implorar perdón y en su caso, a aceptar castigos que, ¿quién le impondrá? ¡El mismo represor! Así ha actuado el clero judeo-cristiano durante siglos y así siguen actuando muchas laicas autoridades, por influencia clerical.
Pero ¿por qué hablo de cultura judeo-cristiana y no de cristianismo a secas? Porque no es lo mismo. De hecho el cristianismo a secas es justo lo opuesto al judaismo. Los judíos creen en la “teoría del pueblo elegido” y los cristianos no. Los judíos son supremacistas y trasladaron su supremacismo a la cultura judeo-cristiana. Todo imperialismo es supremacista y el suyo particular lo llaman sionismo. Jesús rechazó esa irrazonable teoría, al proclamar que todos los hombres (Y las mujeres) somos iguales ante Dios (También los palestinos, antes filisteos).
Son los judíos los que creen en la pureza de una raza, religión, cultura (La suya) y en la impureza de todas las demás. Si ellos son el pueblo elegido, los demás somos, obviamente, pueblos abandonados por Dios, y lo que Dios abandona ¿Para qué lo van ellos a conservar? Ellos no predican a los gentiles, como hacen los cristianos. No tienen, ningún interés, en incluirlos en su reino (No son nada inclusivos) porque creen que ya son todos los que están y están todos los que son. Por eso, siempre han preferido vivir separados.
La cultura cristiana a secas, es una cultura que predica la paz, el amor y que, por tanto, es absolutamente contraria a cualquier tipo de guerra, y de eso pretende convencer a todos los hombres (Y mujeres): De que se puede vivir en paz, en armonía, y no en conflicto permanente. ¿Quién no quiere vivir así?.. Entonces, ¿Por qué ese cristianismo a secas aún no han triunfado socialmente? Porque en la confundida mente de los judeo-cristianos, el cristianismo anda mezclado y revuelto con el judaísmo. Creen, a la vez, en el Antiguo Testamento, que acoge la teoría supremacista y en el Nuevo, que la rechaza, y eso les provoca un cortocircuito mental (La parte cristiana de su mente quiere perdonar al que yerra mientras su parte judía quiere castigarlo). La buena noticia es que el fin de la cultura judeo-cristiana (Y de la esquizofrenia que provoca) está muy cerca pues los judíos están en guerra y es un hecho que obliga a todos los judeo-cristianos a reflexionar, si quieren seguir rigiéndose por el Antiguo Testamento, o quieren empezar a regirse por el Nuevo.
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