En el sistema político español, la moción de confianza es un mecanismo constitucional que permite al Presidente del Gobierno someter su gestión o un programa político específico al escrutinio y respaldo del Congreso de los Diputados. Este instrumento, regulado en el artículo 112 de la Constitución Española de 1978, es una herramienta clave para reforzar la estabilidad del Ejecutivo o para medir su apoyo parlamentario en momentos de crisis política.
La moción de confianza es una iniciativa que parte exclusivamente del Presidente del Gobierno. Este puede decidir plantearla cuando considere necesario obtener un respaldo explícito del Congreso, ya sea para consolidar su liderazgo, aprobar un programa de gobierno, superar una situación de debilidad política o garantizar la continuidad de su mandato frente a tensiones internas o externas.
El procedimiento es el siguiente:
Presentación: El Presidente solicita la confianza al Congreso de los Diputados, generalmente acompañado de un discurso en el que expone los motivos y el programa o medidas que somete a votación.
Debate: Se celebra un debate parlamentario en el que los grupos políticos exponen sus posturas. Este debate permite al Presidente defender su gestión y al resto de partidos valorar si le otorgan o no su apoyo.
Votación: Para que la moción prospere, el Presidente necesita obtener mayoría simple en la primera votación, es decir, más votos a favor que en contra. Si no se logra, no hay una segunda votación, y las consecuencias dependerán de la situación política.
La moción de confianza puede plantearse en diversos contextos:
Fortalecer la legitimidad: Un Presidente puede recurrir a ella para reforzar su posición tras un periodo de inestabilidad, como tensiones en su coalición de gobierno o críticas internas en su partido.
Aprobación de medidas clave: Si el Ejecutivo necesita garantizar el respaldo parlamentario para un paquete legislativo importante, puede vincularlo a la moción.
Respuesta a crisis políticas: En momentos de pérdida de apoyo parlamentario, el Presidente puede usar la moción para clarificar si aún cuenta con la confianza de la cámara.
Un ejemplo histórico es la moción de confianza presentada por Felipe González en 1990, cuando, tras tensiones con los sindicatos y socios parlamentarios, buscó reafirmar su liderazgo y apoyo en el Congreso.
Si se aprueba: El Presidente obtiene un respaldo formal del Congreso, lo que refuerza su autoridad y le permite continuar con su programa de gobierno. Además, según el artículo 112, no se puede presentar una moción de censura contra el Presidente durante el mismo periodo de sesiones en que se aprobó la moción de confianza.
Si se rechaza: La Constitución no obliga al Presidente a dimitir de inmediato, pero la pérdida de confianza suele interpretarse como una señal de debilidad extrema. En la práctica, el Presidente podría optar por disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas (artículo 115) o presentar su dimisión al Rey, lo que iniciaría un proceso para formar un nuevo gobierno.
Es importante no confundir la moción de confianza con la moción de censura (artículo 113 de la Constitución). Mientras que la primera es iniciativa del Presidente para buscar apoyo, la moción de censura es promovida por la oposición para derrocar al gobierno y proponer un nuevo candidato a la Presidencia. Además, la moción de censura requiere una mayoría absoluta para prosperar, un umbral más exigente que la mayoría simple de la moción de confianza.