Por Alfonso de la Vega
Su Majestad, hace horas extras. El otro día nos explicaba pacientemente su último descubrimiento pictórico. El viernes gobernó con su habitual pericia en el timón no tanto la gran nave del estado sino a la pintoresca escuadra de docena y media de típicas pateras herederas de la antigua gloriosa madre nodriza. Este sábado, hecho un brazo de mar, todo de blanco impoluto menos las consabidas condecoraciones, ha presidido el desfile de Tenerife. Para la ocasión don Felipe lucía el elegante terno blanco de marino de guerra previsto para soportar los rigores del verano, el atuendo preferido de los suyos ya que sin duda resalta muy bien su varonil condición y apostura. Un uniforme similar por lo blanco al de su heredera en Nueva York.
Durante unos días se especuló con el rumor de que la Reina Sofía habría rehusado ir a recibir a su díscola nieta como una especie de represalia por no haberla dejado asistir a la graduación bachillera galesa de su tocaya ni tampoco a la misa del papa León XIV en Roma con el pretexto de su mala salud. Una supuesta mala salud de quita y pon. Al final tampoco se ha producido el propuesto encuentro entre abuela y nieta para satisfacción y chismorreos de chonis, cortesanas y consumidoras de la ditirámbica prensa del higadillo en general. No obstante, se ha propalado el rumor interesado de que, en realidad, habría sido la propia intrépida fatigada argonauta quien habría vetado a su abuela, a la que ya hemos comprobado que menosprecia habitualmente en público, pues se debe tener muy creído lo de preferir a la emergente dinastía Rocasolano, según nos explican los más avisados hermeneutas zarzuelólogos. Cuentan que la celebración nocturna de la llegada a puerto con vodka y limón requirió la intervención de sus guardaespaldas.
Ardor Guerrero vibre en nuestras voces.
Y de amor patrio henchido el corazón.
Entonemos el Himno Sacrosanto.
Del deber, de la Patria y del Honor.
¡Honor!
De los que amor y vida te consagran.
Escucha, España, la canción guerrera
canción que brota de almas que son tuyas
de labios que han besado tu Bandera.
De pechos que esperaron anhelantes
besar la cruz aquella
que forma con la enseña de la Patria
el arma con que habrán de defenderla.
Nuestro anhelo es tu grandeza
que seas noble y fuerte.
Vibrar, lo que se dice vibrar, en realidad parecen vibran poco ambas voces de madre e hija. Doña Leonor tenía justificación para escaquearse de acompañar a sus padres a Tenerife para el desfile de las FFAA. En cambio, la consorte sí que estuvo aunque, según explica la prensa especializada, de mero cuerpo presente, ya que ni siquiera se habría ahorrado mostrar su desagrado o malestar, actitud que habría sido muy criticada, pero de modo discreto, por los presentes. Como diría su correligionaria, la Yoli, esto de hacer horas extra en fin de semana al parecer no estaba en el contrato de servicios, de modo que hay que comprender que estuviese deseando poner tierra por medio para disfrutar de su tiempo libre con más gratas compañías.
Sea como sea, cada vez resulta más difícil disimular el desempeño oficial y la conducta de la consorte, que ya ni se molesta en fingir lo mínimo su falta de ardor guerrero, que reserva para otras lides. Los reyes pidieron habitaciones separadas en Tenerife y apenas están juntos salvo para aparecer en la foto.
Hablando de fotos queda para la posteridad la indecorosa vestimenta de la excelentísima señorita ministra del ramo, la sin par Margarita, que acaso confundió tan solemne celebración con un picnic de vejestorios nostálgicos de garzonía. El lector juzgará por sí mismo: en la imagen aparece sobre la pasarela de honor junto a don Felipe y rodeada de altos oficiales que llevan con resignación tanta gratuita humillación infringida por el gobierno de Su Majestad que preside el desfile.
Queda para posterior meditación a los efectos oportunos la peligrosa incoherencia de la Corona de presidir un día un esperpento felón traicionero contra la unidad de España, sueño húmedo de golpistas y piratas, y al día siguiente el desfile de “las FFAA que constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Y por si hubiera dudas: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.
“Allá van leyes do quieren reyes” o ¿Estamos ante en un caso de enantiosemia, la cualidad de algunos términos que pueden significar una cosa y la contraria?