viernes, junio 6, 2025
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Rebuzne lo que rebuzne el Tribunal Prostitucional, la ley de amnistía es ilegal y, sobre todo, inmoral

Rozna el tribunal prostitucional que “las intenciones del legislador no son objeto de nuestro control”. Mamarrachada sin par. Nadie, pardiez, osa reprobar la recíproca manducatoria de pollas entre Sanchinflas y Cocomocho para socorrerse mutuamente. Se juzga lo que no ha hecho la corte presidida por Pumpi y la aciaga Balaguer: la nula constitucionalidad de una ley.

Cuatro más uno

Primero. Sin una base constitucional expresa, el constituyente en 1978 refutó tajantemente una enmienda que proponía reconocer a la piara que hoza en la Carrera de San Jerónimo la facultad de aprobar amnistías. La amnistía contraviene, pues, abiertamente la Prostitución Española del 78, fundamentalmente, por un motivo: «No podrá autorizar indultos generales». Grosso modo y en parla leguleya: ad minoris ad maius, si los indultos generales están prohibidos, con mayor motivo las amnistías generales.

Segundo. Esta puta e inmoral ley que el tribunal prostitucional acaba de declarar constitucional cuando es flagrantemente anticonstitucional (tal VioGen 1/2004 de 28 de diciembre) te recuerda que eres chusma…y ellos, crème…de mierda, obvio. Son absolutamente impunes, y tú, un perfecto mierda. El principio de igualdad, completa y humillantemente violado. De hecho, más corrección en su definición: auto-amnistía (Por cierto, y apenas tratado, otro derecho constitucional que desguaza la ley de amnistía, otro más, es la “invasión del ejercicio de la función jurisdiccional: artículos 66.2 y 117.1, 117.3 y 118).

Tercero. Lejos del blablablá de la “reconciliación” con los separratas de dos patas catalufos al servicio de Soros (de Soros, no de Putin) con el que se ha tratado de justificar esta porquería legislativa, el comentado contradiós legislativo resulta profundamente divisivo en todos los órdenes.

Cuarto. Dinamita y merma gravemente la ya escasa independencia de la mafia judicial

Y Quinto. Más allá de la legalidad, que en el fondo (y, parcialmente, en la forma) me importa un cojón de pato, la ley es profundamente inmoral

…Pues eso. En fin.

 

Luys Coleto
Prófugo de la existencia
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