¿Burla cruel o inopia absoluta?

Por Alfonso de la Vega

De no ser que flota en la más absoluta inopia y no se entera de nada de lo que ocurre a su alrededor ni de las consecuencias de sus actos, la burla cruel e inmisericorde de don Felipe a los humillados súbditos españoles está alcanzando cotas verdaderamente inverosímiles amén de artísticas. Su Majestad, “consejos vendo que para mí no tengo”, nos ha vuelto a endiñar otro de sus estupefacientes y más cínicos sermones con motivo de la entrega de un premio al nefasto prócer Mario Dragui. Se trata de un peligroso globalista imaginaria de igual servicio si falla la renovación de la corrupta bruja belicista Úrsula von Trinken.

No sabemos si don Latino de Hispalis le pensaba devolver la cartera robada al cadáver, pero los sepultureros de Max Estrella en Luces de Bohemia nos aclaran la realidad el reino:

«UN SEPULTURERO: Los papeles lo ponen como hombre de mérito.

OTRO SEPULTURERO: En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser un sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.»  

Tratando de demostrar la conocida tesis valleinclanesca de que «España es una deformación grotesca de la civilización europea», don Felipe muy serio y campanudo, se ha hecho el héroe y en lección magistral ha invitado al personal a  «preservar y defender» los valores que nos definen «como sociedades libres, abiertas y plurales; los valores que definen lo que somos; los valores que definen lo que queremos seguir siendo». Divinas palabras, sí, pero un cruel sarcasmo en sus labios.

Toma, ya, y con esos pelos, imposible el ademán, sin inmutarse. Pero el soberano tiene la bondad de aclararnos, a nosotros el populacho a saquear, cuáles sean esos valores, que ajenos a los onerosos monopolios del IBEX 35, debemos preservar: “la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho, el respeto a los derechos humanos, el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre hombres y mujeres. Esto último mejor que se lo pregunten a sus hermanas. La igualdad sobre la que pontifica debiera hacerle entregar el trono a su hermana mayor. De modo que unos son más iguales que otros.

Y lo del “Estado de Derecho” queda muy oportuno cuando su gobierno se permite amenazar a jueces y periodistas, anuncia que se va a saltar otra vez impunemente la constitución. Y eso el mismo día en que se pone de manifiesto el muy probable pucherazo y las instituciones se saltaban la realización del escrutinio según lo dispuesto en la ley electoral. Un escándalo monumental que debe ser aclarado sin demora. Pero aquí no pasa nada que para eso ya tenemos este heroico, valiente y esforzado defensor de los valores europeos y de la constitución. Y también, hablando de Estado de derecho el mismo día que un grupo de fiscales intentan a la numantina cumplir su deber de ejercer el ministerio fiscal en batalla abierta contra las amenazas conspirativas golpistas del fiscal general a las órdenes y caprichos dictatoriales del gobierno de Su Majestad. Es decir, Su gobierno contra la legalidad.

Pero ya puestos, don Felipe se ha adornado con otra serie de muletazos no muy bien hilvanados, cara a la galería y aliviándose con el pico de la muleta: «Europa se juega su futuro y no caben la inacción o parálisis, ni la improvisación irreflexiva». Don Felipe remata la tanda heroico con el de pecho: «vivimos momentos decisivos en los que se está definiendo el mundo y la Europa que vamos a vivir» y esos tiempos «requieren valentía, solidaridad y compromiso para afrontar los grandes desafíos».

Lo de la valentía y el compromiso solidario después de la cobarde espantada del lunes con la consiguiente merecida bronca del respetable tampoco ha lucido muy oportuno desde luego. Es lo malo de ciertos toreos pintureros, con lindas posturitas para el primoroso toreo de salón ante gente entregada o algo perjudicada de cortesanos, usureros, traficantes, manolas, majos, jaques y afín gente del bronce. Pero que, tras arrojar los trastos para huir más rápido se refugia en el burladero cuando el avieso morlaco desafía y se acerca bufando con malas intenciones.

Tal faena de aliño, de impostado disimulo artístico más que propia de un valiente y decidido lidiador, se ha producido en el austero monasterio de Yuste donde el emperador Carlos V se retirase a hacer penitencia por sus muchos pecados y a morir en paz. Un ejemplo que Su Majestad quizás no haría mal en seguir. Claro que don Carlos era un Austria, que los Borbones ya sabemos para lo que sirven…