Apocalipsis, ¿luego?

Por Alfonso de la Vega

“Exterminad a todas estas bestias”, “El horror, el horror” (Kurr)

Uno de los enigmas más interesantes del momento en lo que se refiere a España es averiguar hasta qué punto el doctor falsario mantiene el apoyo de los grandes poderes fácticos globalitarios o bien si estaría dando sus últimos coletazos como los peces fuera del agua, ya caído en desgracia de sus amos.

No son los tiempos de arúspices y de destripar gallinas para alumbrar los presagios o arcanos del futuro sino que conviene observar otros signos indicadores como el comportamiento de la Bolsa hoy en manos de cuatro grupos oligopolísticos o ciertos comentarios de la prensa globalista. La Bolsa titubea. The Economist, órgano oficioso de los Rothschild, y en consecuencia del sionismo, acaba de dar a conocer algunas de las hazañas de la audaz emprendedora Begoña, y de su infatuado esposo. Según este medio: “Los pilares del caso contra Gómez (y Sánchez) parecen endebles hasta ahora. ¿Por qué entonces su anuncio? Quizás realmente planee irse. Durante mucho tiempo se ha dicho que codicia un trabajo internacional. La más plausible sería la presidencia del Consejo Europeo, la reunión periódica de los líderes nacionales europeos. Se dice que estará reservado para un político de alto rango de centro izquierda cuando los altos cargos cedan tras las elecciones al Parlamento Europeo en junio”. Por su parte The New York Times habla de “desconcierto” y “caos”. Sin embargo, estas «tripas» no parecen aclarar demasiado la cosa por ahora, de modo que la revelación puede esperar. Lo interesante sería saber si pudiera haber perdido el apoyo de su protector y mecenas húngaro, opuesto a la poderosa familia sionista. Pero, lo de Sánchez como «centro izquierda» no parece que encaje mucho en el plan de carrera inicial, si lo hubiera.

Las peripecias del gran timonel en Israel amonestando al sionista Netanyahu que le miraba con cara como ¿de dónde habrá salido este audaz panoli que no sabe con quién está hablando?, o sus planteamientos pro Estado palestino me han recordado un famoso texto de Joseph Conrad titulado El corazón de las tinieblas. Un libro en el que se basa la trama psicológica de la película Apocalipsis Now de Coppola.  Y también, en cierta forma, El corazón del bosque de Gutiérrez Aragón. Esta última sobre el maquis de la posguerra española.

En la novela de Conrad, el protagonista Marlow ha de encontrar al desquiciado y embrutecido Kurr y devolverlo a la civilización, pero éste muere durante el regreso. En las dos adaptaciones cinematográficas citadas, el capitán americano recibe órdenes de eliminar al antes prestigioso coronel Kurr refugiado en Camboya e igualmente el Partido comunista decide lo mismo con su descontrolado maquis en España. Se trataría de gentes tan desquiciadas, tan poco fiables ya, que irían por libre y no sirven a los amos, ya no son útiles para el plan.  Se hace preciso eliminarlos antes de de que provoquen algún desastre descontrolado o fuera del plan o contrato inicial. Ahora bien, ¿el problema del Mal se resuelve eliminando a sus agentes humanos? El P. Mariana lo tenía claro.

En su obra Conrad describe el Congo que él conoció, trabajando en el vapor Roi des belges que operaba en el río Congo. Un territorio expoliado y sacrificado por el codicioso genocida rey de los belgas Leopoldo II.  El Congo es un territorio, víctima paradójica de sus riquezas, en el que campaban a sus anchas, fuera de la civilización y de elemental piedad humana, el desprecio a la vida, los abusos y crímenes de los colonizadores europeos incluidos los británicos que tan hipócritamente se permiten calumniar a España. Por su parte, la plataforma «Por una Justicia Independiente» ha presentado una denuncia en el juzgado para exigir al comisario de Justicia, el belga Didier Reynders que actúe ante el deterioro del Estado de Derecho en España. Se trataría de intentar garantizar el cumplimiento de valores democráticos básicos como la separación de poderes por parte de los Estados de la UE. Propone que el gobierno de los jueces sea nombrado por los propios jueces. Veremos si esta vez hay más suerte que cuando los terroristas y puchimones protegidos en el reino de Leopoldo II.

«La locura mueve el mundo” nos advertía el poeta Fernando Pessoa. Como pesadilla de la Razón y olvido de la Haskalá, los sionistas son gente que no deseaba la progresiva asimilación dentro de la sociedad nacional respectiva patrocinada por la Haskalá, el intento de integración de los judíos europeos con el mundo secular tras la Ilustración, lo que daría lugar al movimiento sionista de Theodor Herzl.

Pero Sánchez, ¿»alguacil alguacilado»?, muestra ser poco prudente al ponerse en situación de sufrir en carne propia las delicias del pensamiento único que él mismo está estableciendo en su dictadura española. Prócer de lecturas muy limitadas, entre maquinación y maquinación no debe tener tiempo ni para leer las notas que le pasan sus miles de asesores, becarios, legos y mandarines…  Si se me permite una sugerencia, haría bien en recordar un caso de memoria histórica: la suerte de su predecesor Suárez se torció fatalmente para él, con golpe incluido, cuando le dio por enredar con el estrecho de Ormuz y a favor de la causa palestina.

Pudiera ser que al falsario se le hubiera subido el cargo a la cabeza. Como la decadente diva Norma Desmond (Gloria Swanson) en El Crepúsculo de los dioses el caso es bajar la escalera de la esquiva fama entre flashes, bien sea por algo heroico o por perpetrar un crimen o fechoría. Olvida acaso su condición de mero títere como no la más adecuada para llevar la contraria al amo titiritero. O el que no todos sus opositores son tan febles e inútiles como los actuales monárquicos filipinos o el PP de Feijoo, ni que tampoco se puede obviar la servidumbre y reconocimiento al Padrino sin que tal actitud acabe teniendo consecuencias indeseables.

De modo que si Sánchez pretendía ser un heroico capitán Marlow contra el coronel Kurr Netanyahu, puede que más bien la realidad sea la contraria. Que ya se hayan dado o se vayan a dar órdenes de amortizar a un tipo tan engreído y soberbio que se habría convertido en un peligroso verso suelto. Un tipo al que cierto famoso caballo volador antecedente del falcón acaso le pueda estrellar antes de rescatar a su amada Andrómeda.