La relación de la subvencionada prensa española con la Casa Real y el despido de Jaime Peñafiel

Si ha habido algún tiempo en el que la prensa española ha sido objetiva, valiente y un verdadero contrapoder con el que mantener informado a todo el mundo de forma veraz, ese tiempo ha pasado hace ya demasiado. Su connivencia con el poder político y económico a cambio de jugosas subvenciones ha llegado incluso a provocar, en los últimos tiempos, infinidad de desgracias al haber recomendado a la gente meterse en el cuerpo un brebaje dañino.

Pero lejos de rectificar, siguen actuando de una forma inmoral, servil y absolutamente injustificable. Todo sea por la pasta y por no molestar al poder.

En las últimas semanas ha habido una gran polémica en torno a la Reina Letizia debido a informaciones publicadas por su excuñado, Jaime del Burgo, y el libro escrito por Jaime Peñafiel «Letizia y yo». Debido a este libro y a las declaraciones realizadas por Peñafiel sobre Letizia, en las que no vamos a entrar, el periodista y escritor ha sido fulminantemente despedido del diario ‘El Mundo’, después de 20 años, y no volverá a colaborar en este medio de Unidad Editorial.

A pesar de que el asunto afecta a la familia del Jefe del Estado, repetimos, no vamos a entrar en dimes y diretes de cama, relaciones o hijos, porque ya nos parece extremadamente grave el comportamiento de Felipe VI con la Agenda 2030 y con infinidad de asuntos políticos y sociales, como para entrar en otros que, bajo nuestro punto de vista, son menores.

Lo que sí vamos a entrar es en el despido de Jaime Peñafiel por un motivo: porque desde diversos medios aseguran que el motivo, a pesar de que hayan dicho que no tiene nada que ver con el asunto Letizia, podrían haber sido los «bulos» que ha dicho sobre ella.

Y esto es algo que nos llama mucho la atención. Probablemente los más jóvenes no lo recuerden pero cuando reinaba Juan Carlos toda, absolutamente toda, la prensa hablaba de él como si fuera la perfección hecha persona. Todo era maravilloso con Juan Carlos, perfecto. Gracias a él, los españoles lo teníamos todo y la perfección que tenía a nivel político y social, la tenía también a nivel familiar.

Las noticias que circulaban acerca de relaciones extramatrimoniales, enriquecimiento ilícito y otras, eran solamente bulos que los «antimonárquicos» y «enemigos de España» utilizaban para desestabilizar nuestro país y para atacar a «Campechano» de forma injustificada. Todo en él era perfección… hasta que abdicó.

A partir de ese momento empezaron a salir informaciones acerca de sus amoríos con innumerables mujeres. Su presunto enriquecimiento ilícito debido a funcionar como una especie de intermediario entre distintos gobiernos y empresas españolas. E infinidad de cosas más. Pero lo más grave de todo es que la prensa española, toda la prensa española, comenzó a publicar en medios y a decir en televisiones y en radios, que todo eso se sabía desde hacía mucho tiempo. Pero, curiosamente, todos habían callado hasta que Juan Carlos abdicó.

Ahora, y aunque parezca mentira, da la sensación de que está pasando exactamente lo mismo con el hijo de Juan Carlos y con su nuera. ¿Se puede tener más desfachatez? Y encima, esos mismos que están haciendo eso con la familia real y que solo hacen lo que les manda el poder subvencionador, son los poseedores de la verdad absoluta y se dedican a criticar a medios alternativos e infinitamente más valientes que ellos. No tienen ni vergüenza, ni decencia.