Por Alfonso de la Vega
En nuestra ingenuidad pensábamos que el gobierno de Su Majestad ya no podría caer más bajo pero estábamos equivocados sí puede y sí lo hace. De modo contumaz e impune pues se ve que está muy bien entrenado y que la farsa institucional no quiere o no puede ponerle límites. Por desgracia, el reino de España se dirige sin frenos y cuesta abajo a la temida calificación de Estado fallido.
El colmo del presente despotismo es emplear al teóricamente neutro aparato del Estado como ejército o banda de facción contra otras bandas rivales. Pillada en plena faena cleptocrática, con el agravante de haberse enriquecido cohechando y prevaricando gracias al sufrimiento infringido al pueblo, la dictatorial banda de la Moncloa contraataca con la fracción del aparato del Estado que está convirtiendo en una suerte de feroces camisas pardas de asalto para su servicio particular. Además en sede parlamentaria. El tartufo no se corta, carece de moral ni mínima dignidad institucional ya que no personal y muy jaque se atreve a revelar datos fiscales de un contribuyente. Y es que a estas alturas de reinado la banda gubernamental ha perdido todo sentido del decoro, ni siquiera se satisfacen ya los más elementales códigos de honor de los Corleone en El Padrino. Ya quisiera tenerlo el capo o jayán de popa del gobierno de Su Majestad capaz de adaptar el código penal a gusto de sus socios delincuentes que tiene la desvergüenza de pedir la dimisión de una odiada aunque colega dirigente de la banda rival porque su novio en una etapa anterior la relación habría supuestamente defraudado a Hacienda, según dice una fuente tan ahora digna de sospecha, juez y parte, como es la actual degradada Hacienda bajo la Susi.
No pretendo defender a quien ni siquiera conozco, lo que sea será, según decida el mando o convenga en el consabido proceso kafkiano. Pero es cuestión de fuero. Sin resignarnos a la opresión ingenuamente cabe pedir neutralidad y juego limpio a las instituciones. Y, políticos aparte, los primeros que debieran exigirlo para mantener su dignidad son los propios funcionarios honrados a los que se impliquen en tales oportunistas maniobras. Y esta revelación de la dirigencia socialista pudiera ser delictiva.
En la mitología clásica las Gorgonas representan las furias femeninas que aterrorizan a todos. Entre ellas destaca la Medusa cuyo parecido iconológico con la Susi es evidente. Medusa, Esteno y Euriale eran hijas de un tal Forco y de un monstruo marino y nos aseguran que compartían un solo ojo. Esteno significa debilidad; Euríale estupor o locura. Medusa, olvido, que no sólo turba a mente sino que aterroriza.
Dicen que Medusa era muy hermosa de jovencita y tenía cabellos de oro hasta que se tuvo relaciones con Neptuno en el templo de Atenea o Minerva, diosa que se encolerizó por tal sacrilegio y convirtió la antes bonita caballera de Medusa en serpientes. Según Boccaccio la cabellera se torna en serpientes cada vez que uno es oprimido en razón de sus bienes. Pues estos se pueden convertir en motivos de combate y opresión.
La medusa era temida por petrificar con la mirada. Hoy la Susi sienta cátedra por cruel terrorista de la gramática que maltrata sin piedad lapidando con su verborrea. Escapada por los pelos de la incompleta redada para denunciar y detener a los socialistas andaluces que robaban a los parados Al igual que la medusa va espantando al personal con sus horrendos anacolutos antes de petrificarlos al mandarles la temida paralela cargada según convenga.
Crece el bosque de hombres, animales y plantas petrificados por la mirad asesina de la gorgona hasta que interviene el héroe. Perseo pidió ayuda a la agraviada Atenea, diosa de la Sabiduría, las armas y las letras para hacerla frente. Llega al lugar donde duermen las Gorgonas y con ayuda de Atenea se tapa con su escudo para no caer bajo la mirada de Medusa, y con la espada de Vulcano la decapita. Se corta la cabeza de la Medusa en el momento en que se la despoja de los bienes por los que parecía vivir y tener tanto poder. En el famoso aljibe de Estambul existe una enigmática e impresionante representación de la cabeza de la Medusa.
Volviendo al reino de España, este mito parece una bonita y oportuna alegoría del Régimen que va petrificando todo lo que tiene auténtica vida a la espera del deseado héroe salvador apoyado por la noble Atenea pero que nunca llega. Régimen que mientras enriquece a sus horrísonas gorgonas tiene en la corrupción, la creación de deuda odiosa e impagable y el expolio fiscal de sus aterrorizados súbditos su granjería y mantenimiento.
Pero Minerva ha desaparecido ¿Y Perseo? ¿Dónde está Perseo?
La Mafia: Los gobiernos son una mafia que trabaja para otras mafias mucho más grandes como las corporaciones farmacéuticas, BlackRock y para las élites financieras y la banca usurera, esa misma que nos quiere cobrar por respirar, nos gobiernan políticos sin escrúpulos llenos de maldad a los que no les importa matar para conseguir sus objetivos, no son más que una mafia de ladrones, una banda de asesinos, Ali Baba era cuarenta ladrones en los gobiernos son millones, lo peor de todo es que hay quien no lo quiere ver y sigue confiando en quien los va a joder, esos mismos son los que nos están llevando a un precipicio sin fondo.