Discurso de la presidenta húngara, Katalin Novák ( no confundir con el Primer Ministro, Orban). Y suelta el rollete de todos los jerarcas, ora Nochebuena, ora Nochevieja. Y comienza de tal guisa: Még fülünkbe csengenek a Himnusz utolsó hangjai. Egymás szemébe nézve mondjuk: ez az év sem volt könnyű. De itt vagyunk. A világ háborgó tenger körülöttünk. Forgószél tombol, viharos hullámok csapkodnak mindenfelé. Háború Ukrajnában és már Izraelben is, tömeges tüntetések, gazdasági, politikai bizonytalanság. Itthon aggodalom, küzdelem a hétköznapokért. Drágább az élet, meg kell fontolni a kiadásokat, hozzá kellett nyúlni a tartalékokhoz. Sok családban szinte folyamatos a betegeskedés, mintha az immunrendszerünk is legyengült volna. ( «¡Mis queridos compatriotas! Aún resuenan en nuestros oídos las últimas notas del Himno Nacional. Mirándonos a los ojos decimos: este año tampoco fue fácil. Pero aquí estamos. El mundo es un mar turbulento que nos rodea. Un torbellino arrecia, olas tormentosas rompen por todas partes. Guerra en Ucrania y ya en Israel, manifestaciones masivas, incertidumbre económica y política. Preocupación en casa, lucha por la vida cotidiana. La vida es más cara, hay que considerar los gastos, hay que aprovechar las reservas. En muchas familias, la enfermedad es casi constante, como si nuestro sistema inmunológico también se hubiera debilitado».)
Lo dicho, dicho
Un puntazo ese final, la verdad, del primer parágrafo del discurso. «En muchas familias, la enfermedad es casi constante, como si nuestro sistema inmunológico también se hubiera debilitado».
Luego intenten buscar el discurso. Nada. La transcripción del discurso de Novák fue eliminada del sitio magyarnemzet.hu donde había sido publicada. Pero, afortunadamente, existen pantallazos. O la excelente web Wayback Machine: lo dicho, dicho. Y, por supuesto, Novák no se refería a ciertos efectos adversos de la timovacuna covid, el Altísimo me libre de realizar tal insinuación.
En fin.