Los Mass Mierda nos han bombardeado con dos tipos de discursos. Los “afines al PSOE” nos dicen que la disolución de Españistán y el entierro de Mostesquieu son un precio asumible a cambio del enorme beneficio de seguir siendo presididos por Perro Sánchez.
Para los “afines al PP y Vox”, Perro Sánchez es el único culpable de tan indeseable resultado. Según estos, el Felpudo no tiene margen de actuación, y el PP y Vox tampoco, a causa de su menguado resultado electoral.
Sofisma es una falsedad con apariencia de verdad. Y sofismas son los argumentos que exculpan al Felpudo, al PP y a Vox de su complicidad en la secesión de Cataluña y Vascongadas y en la quema pública de Motesquieu.
Según el diccionario panhispánico del español jurídico, es cómplice principal aquel cuya actuación es necesaria para la comisión del delito, siendo acreedor de las mismas penas que el autor.
Hasta la náusea hemos oído que la Constitución no daba margen de maniobra a Felpudo. Probablemente le dijeron lo mismo a D. Nicolás Salmerón, tercer presidente de la Primera República, cuando en 1873 se negó a firmar sentencias de muerte. Como los leídos saben, todo su problema se redujo a dimitir de la jefatura del Estado.
No oiremos nada parecido de este arribista sinvergüenza.
Si Felpudo se hubiera negado a firmar, el escándalo hubiera sido de órdago a la grande, y el sol habría salido por Antequera. Pero para eso hace falta todo lo que Felpudo no tiene.
Respecto al PP y a Vox… huff, ya me cansa repetirme como la grasa del cordero.
Resulta evidente que el resultado electoral que se nos ha ofrecido es más falso que un euro de madera. Todos los que estuvimos en los escrutinios generales pudimos ver que no se hicieron, y las Juntas Electorales se limitaron a dar por buenos los resultados ofrecidos a pie de urna por INDRA. Y ya sabemos que INDRA es de una fiabilidad absoluta, porque es una sucursal de Soros y Perro Sánchez.
La plataforma Elecciones Transparentes ya avisó en vísperas de las Elecciones Municipales y Autonómicas, y luego en las Generales de este año, que podría ocurrir como ellos mismos verificaron en las generales de 2019: que no se hizo el escrutinio general, con grave pérdida de votos para el PP y Vox.
En Vox, sabedores de esta maniobra, hicieron grandilocuentes declaraciones de que exigirían la realización del escrutinio general.
Grandilocuentes declaraciones que no se vieron nunca respaldadas por los hechos. Como ya es habitual en Vox, ni una mala palabra ni una buena acción.
El PP, más conservador, ni dijo ni hizo nada. Al menos no mienten.
Quien estas líneas escribe, puso su granito de arena, y denunció penalmente esa ausencia de escrutinio general, que vio con sus propios ojos.
Si PP y Vox hubieran hecho lo mismo que yo, con absoluta seguridad se habrían anulado los resultados electorales. Anulados esos resultados, Perro Sánchez se queda sin la coartada para obsequiar a los independentistas y golpistas la secesión nacional y un poder judicial en pepitoria.
En suma, que si Felpudo no hubiera hecho nada, y PP y Vox hubieran hecho lo que se supone que deberían haber hecho -defender sus votos en los tribunales-, nada malo hubiera ocurrido.
Dicho de otro modo, que de todo lo ocurrido, y lo que está por ocurrir, tan culpables son PP, Vox, Felpudo y Perro Sánchez.
Lo que el diccionario panhispánico llama cómplices principales.