Pero Pedro, ¿por qué tanto odio hacia ti de repente?

Cuando Baumann nos describe la ansiedad líquida, aquélla que un  sujeto no puede atribuir a ninguna causa, nos encontramos con un terrible dilema. La sentimos, pero no somos capaces de argumentar por qué. El lamentable resultado de ello es que ésta, lejos de apaciguarse, se va incrementando hasta que el sujeto encuentra una razón para liberar su frustración, en cuyo caso la reacción no es para nada comedida, sino repentina, explosiva, e incluso agresiva. Dirigirla adecuadamente es esencial para que un pueblo enfurecido consolide a un caudillo.

El incentivo de este mecanismo es necesario, sin embargo, para que los poderes ejerciten las máximas de la manipulación de masas, creando un clima de desconcierto, miedo e inseguridad que haga que los ciudadanos caigan en las manos de sus amos los psicópatas a cargo de dicho plan, para hacerles crear que, después de todo, existe un marco de seguridad en el que todo se va a ir resolviendo…

Ubiquémonos en nuestro país. Tras cuatro años de sanchismo la situación ha empeorado en todos los sentidos, e incluso, y esto es lo más destacable, en lo que concierne a nuestro día a día: alimentarnos, pagar las cuentas, impuestos, evitarnos problemas legales, aunque consideremos que las normas son injustas, creer que vivimos en un marco democrático que, a pesar de todos los males, normales por otra parte, más o menos funciona y la confianza en el sistema. He aquí la madre del cordero para una manipulación exitosa. El sujeto no ha de percibir bajo ningún concepto que vive en el marco de un sistema fallido en el que la seguridad es nula, en el que las leyes son arbitrarias y carecen de valor, donde la obediencia al Estado es una pérdida de tiempo y todo depende de él mismo y de sus conciudadanos, en una red social paralela a la de la clase política. Está claro que la agenda pretende cargarse las instituciones estatales para imponer su gobierno mundial (ya lo sabemos), pero también se trata de que su derrumbe sea tan desesperadamente lento que nadie se percate de los cambios y siga confiando en ciertos personajes. Es asi como nos meten la agenda 2030.

Se trata de una estrategia potencialmente exitosa y muy beneficiosa para los poderosos (fue así como lograron imponernos su pesadilla covidiana), pero el peligro recae en la razón en la que el pueblo cree que hay un responsable. Ahí no ya no cabe ni manipulación ni alternativa porque el pueblo cree que la causa de sus males es sólo una: es decir, que Pedro Sánchez se ha creado un gravísimo problema, no ya con los jueces, con el rey emérito, con Felipe VI  y otras entidades oficiales, sino con el pueblo, el cual difícilmente perdona y menos olvida.

Paro, ruina, dificultades, inflación, paro, falta de sueños, aburrimiento, presión, dictadura, miedo, control en todos los aspectos, impotencia, rabia frustrada, ver injusticias todos los días, no saber qué hace contra quienes, más que estar a nuestro servicio, son nuestros verdugos y un larguísimo etcétera durante años y años de paciencia, colman a cualquiera y cuando son cientos de miles y millones los que ya no aguantan más, el poder tiene serísimo problema. Ya no te quieren ni en pintura, Pedro Sánchez. Has empleado esta estrategia con tan poca inteligencia como la que tienes y ahora resulta que te insultan (cosa que no suelo hacer, pero sí entiendo que lo hagan, es lógico, aunque no sea políticamente correcto) y ahora piensan, no sin equivocarse en muchos aspectos, que tú eres el responsable y no se fían de ti para nada.

La masa cree que el problema es la ley de amnistía, o eso le hacen creer a la población, pero en el fondo saben perfectamente que son muchísimas las causas del malestar del pueblo español y que tanta desinformación y autoengaño reprimido es como una bomba termonuclear que altera toda la visión. El sujeto está fuera de control y sólo desea liberarse de su carga. Si otros muchos lo hacen con él, encontrará más razones para justificar la causa socialmente admitida que liberará toda esa rabia contenida durante años, a pesar de que no faltan razones para decir que sí tienen razón. Sin embargo, la parte hundida del iceberg es el 90%, como la lava que ha presionado hasta que al fin rompe la superficie y explota, como si fuese el Krakatoa.

España se encuentra en una grave tesitura, se ha abierto la caja de pandora y cualquier razón es buena para salir a la calle Ferraz todos los días para protestar (llevamos dos semanas de gente en las calles  y esto no para, incluso están pensando en hacerle una visita en la Moncloa), la situación económica es cada vez peor, la juventud está en el el paro y aburrida (hace mucho tiempo que podemos hablar de generación perdida) y el futuro no pinta muy blanco, salvo para los que obedecen a los organismos internacionales, nuestros verdugos. El resto no tiene derechos, tiempo al tiempo…

En este caldo de cultivo, en el que mismisimo ley emérito está dispuesto a hacer lo que sea para salvar el país que reinó, hasta que el club Bilderberg ordenó su destitución por su hijo Felipe (mucho más laxo y muy poco contundente y ahora metido en un buen lío), en el que declararse contra el ejecutivo y sus órdenes fascistas se está poniendo tan de moda que pronto será raro ver alguien que no lo haga; Pedro Sánchez Pérez-Castejón será no sólo considerado enemigo y traidor a España, sino que en los medios internacionales lo critican, como cuando hace años aislaron nuestro país. Regresamos a lo mismo, a un país de pandereta, flamenco y sevillanas, gobernado por un sátrapa que nadie va a respetar fuera de sus fronteras.

Pero, hete aquí, que los españoles ya no queremos caudillos, hemos aprendido a vivir en democracia y en respeto y no estamos dispuestos a aceptar ni tus gestiones ni tus engaños, presidente. Creo que no has tenido en cuenta lo que se te podía venir y ahora estamos en un dilema. O esperamos a que reflexiones (lo cual dudamos muchos) o simplemente te jodemos en las calles hasta que te canses y, de momento es lo que hacemos. Nuestro hermoso país no te merece, igual que pasó con Alfonso XIII hace 88 años, que tuvo que huir por vendernos a la dictadura de Primo de Rivera. Lo que mal empieza mal acaba y a ti no te van dar mucho tiempo. Es así como te devorarán las hienas a quienes alimentas desde el parlamento.