En los últimos años, el Reino Unido ha sido testigo de un cambio significativo en la forma en que las personas se identifican sexualmente. Según las estadísticas de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), entre 2017 y 2022, el número de personas que se identifican como lesbianas, gays o bisexuales (LGB) aumentó en más del 50%.
Según el estudio de la ONS, alrededor de 1,8 millones de ciudadanos del Reino Unido, que representan el 3,3% de la población, se identifican como LGB en la actualidad, en comparación con el 2,1% en 2017. Este aumento es significativo y refleja un cambio en la forma en que las personas se sienten cómodas identificándose públicamente.
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Los datos de la ONS también revelan que la mayoría de los que se identifican como LGB son personas más jóvenes. Casi uno de cada diez individuos entre las edades de 16 y 24 años encaja en una de las tres categorías. Entre las mujeres en este grupo de edad, el 10,6% se identificó como lesbiana, gay o bisexual, un aumento notable en comparación con 2017. Entre los hombres, la proporción fue algo menor, con un 7,9%.
Paralelamente al aumento de la identificación LGB, el número de personas que se consideran heterosexuales ha disminuido, pasando del 95% en 2017 al 93,4% en 2022.
Como verán, el agendismo está teniendo un gran éxito en todo el mundo, llegando a provocar cifras como estas que nos encontramos en el Reino Unido. Han convertido un asunto como este en moda y muchos lo siguen como tal, incluso en edades en las que todavía no se tiene claro ni qué carrera estudiar en el futuro, o no se pueden sacar ni el carnet de conducir o votar.
Es duro decirlo, y muchos no lo entenderán.
Pero nos están haciendo la criba.
Al final todo se reduce a:
– una minoría de demonios
– una minoría de «despiertos» (es decir, inmunes a la inmundicia de los demonios)
– un porcentaje de borregos dirigibles a cualquier puerto, incluso a cambiar su naturaleza profunda por «moda».
– un porcentaje de borregos con tendencias naturales pero demasiado débiles e influenciables para escuchar a su yo interno
Así que cada vez va quedando más claro quién es demonio o borrego irrecuperable, y quién es otra cosa.
Debe ser eso del «grano y la paja» de la supuesta «profecía».