En un nuevo episodio que sacude a la Iglesia católica española, un sacerdote de la Diócesis de Getafe ha sido descubierto con una presencia pública en aplicaciones de contactos h0mosexuales y una cuenta de Instagram con contenido inapropiado para su ministerio. Este caso, ocurrido en la parroquia de El Álamo, ha generado una ola de indignación y decepción entre los feligreses, quienes exigen medidas inmediatas de las autoridades eclesiales. El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, ha optado por una respuesta tibia, lo que ha avivado aún más el malestar en la comunidad.
El escándalo estalló cuando feligreses de la parroquia de El Álamo, un municipio al suroeste de Madrid dependiente de la Diócesis de Getafe, descubrieron la cuenta de Instagram del párroco bajo el usuario @morenazo0378. Esta cuenta, que el sacerdote ha reconocido como suya, está repleta de publicaciones que chocan frontalmente con el testimonio ejemplar que se espera de un ministro ordenado. Entre las frases más controvertidas se encuentran mensajes como “no más soltería, allí está el currículum” o “estado civil: viviendo la vida al 100”. Acompañando estos textos, el párroco compartía fotografías en ropa interior y con poses sugerentes, elementos que han sido calificados como impropios e incluso escandalosos por parte de la comunidad parroquial.
La presencia del sacerdote no se limita a Instagram. Según la información revelada, sus imágenes han sido utilizadas —o al menos detectadas— en aplicaciones de citas y contenido homosexual, lo que ha extendido el escándalo más allá de las redes sociales tradicionales. En una parroquia donde se desarrollan actividades con niños y adolescentes, como catequesis y grupos juveniles, esta situación ha sido particularmente dolorosa para los padres y feligreses, quienes ven en el párroco un modelo de conducta moral y espiritual. En un artículo de InfoVaticana se destaca que, a fecha de hoy, el sacerdote continúa ejerciendo su ministerio pastoral sin aparentes restricciones, lo que agrava la percepción de impunidad.
Ante las acusaciones y el revuelo generado, el párroco ha admitido públicamente ser el titular de la cuenta @morenazo0378. Sin embargo, su defensa ha sido controvertida: alega que alguien robó sus fotografías personales y las utilizó para crear perfiles falsos en las mencionadas aplicaciones de contactos homosexuales. Lejos de mostrar arrepentimiento, el sacerdote ha adoptado una actitud reivindicativa, justificando las imágenes como inofensivas y reprochando a quienes las critican por considerarlas inadecuadas para un sacerdote. Esta postura ha sido interpretada por muchos como un desafío directo a la doctrina católica, que exige de los clérigos un celibato casto y un ejemplo público de vida cristiana.
El párroco ha ido más allá al afirmar que “al obispo no le ha parecido que haya pecado en las fotos”, lo que sugiere una aparente validación eclesial de su conducta. Esta declaración, citada textualmente en el artículo, ha sido el detonante para una mayor perplejidad entre los fieles, quienes se preguntan cómo un superior jerárquico puede minimizar lo que perciben como una grave falta moral.
InfoVaticana, el medio católico independiente responsable de destapar el caso, ha contactado en dos ocasiones a la Diócesis de Getafe para alertar sobre la situación y solicitar una investigación o medidas correctivas. A pesar de estos esfuerzos, la respuesta oficial ha sido escasa: se le pidió al sacerdote que borrara el contenido de su cuenta de Instagram, pero no se han tomado acciones más drásticas, como una suspensión temporal o un relevo en el cargo parroquial. El obispo Ginés García Beltrán, conocido por algunos como uno de los “mejores obispos de España”, no ha emitido un comunicado público ni ha abordado el tema de manera formal, lo que ha sido interpretado como una falta de liderazgo pastoral.