El caso Segarra: crónica de una muerte anunciada

Hay casos y cosas que son evitables, que todo el mundo intuye o hasta saben que pueden pasar, pero que a la hora de la verdad ocurren. Y luego todo el mundo se lleva las manos a la cabeza, pero, ¿cuánta gente estaba informada de lo que le podía pasar a David Bernat en esas vacaciones alocadas en la noche de Bangkok? Esto es el caso Segarra: la crónica de una muerte anunciada, la de David Bernat, que por desgracia es el verdadero protagonista de esta historia de cruel mal gusto y de impunidad.

La víctima: David Bernat. Fue traicionado, torturado, asfixiado y desmembrado por otros catalanes que no actuaron solos en el país. ¿Qué fue de todos los cómplices de Artur Segarra?

Artur Segarra: prófugo de la justicia española por vago y maleante

Parece ser que era un secreto a voces que el desoficiado Artur Segarra, prófugo de la justicia española por vago y maleante, preparaba un gran golpe que le iba a aportar un botín de no menos de 200.000 euros. Presumía de ello abiertamente con quien quisiera escucharlo y según el propio Joaquín Campos, cronista oficial de esta obra maestra del crimen, Artur Segarra era un vanidoso que no dudaba en contarle a todo el mundo que se había fugado de España porque estaba perseguido por la justicia de nuestro país.

La realidad era que Joaquín Campos, escritor e investigador de sucesos malagueño, afincado en el sudeste asiático, le preguntaba cosas porque Artur Segarra estaba empeñado en obtener una nacionalidad camboyana que le permitiera seguir residiendo como prófugo en esta parte del mundo. En estos países corruptos, nos cuenta el propio Joaquín Campos, no es difícil comprar cualquier papel oficial pasándole dinero al burócrata de turno por debajo de la mesa. Y el bueno de Artur Segarra tenía previsto negociar exactamente eso para poder luego esconderse rápidamente en Camboya después de haber dado un golpe magistral en Tailandia.

Una presunta novia de Artur Segarra que no es inocente de lo que ha sucedido

Joaquín campos afirma que se enteró de todo esto de David Bernat cuando ya iba en el avión rumbo a Japón y que tuvo que ponerse las pilas rápidamente para obtener la exclusiva de su vida. Ni más ni menos que entrevistar al descuartizador español más famoso en Tailandia hasta el momento, el cual fue el epicentro del inmenso culebrón que se vivió en el antiguo reino de Siam, inclusive con novia atractiva tailandesa en la trama. Una presunta novia de Artur Segarra que no es inocente de lo que ha sucedido y que de hecho tuvo que ir a declarar a la policía, pero ya sabemos cómo funcionan este tipo de países en vías de desarrollo que dependen al 100% del turismo.

En este tipo de países no se pueden permitir el lujo de que haya ciudadanos nacionales involucrados en crímenes donde los turistas son las víctimas y mucho menos en crímenes tan horrendos. Por lo tanto, pese a que la policía comunicó en público una primera versión oficial de una banda mafiosa en la que había también tailandeses, aconchabados con granujas del propio país, Artur Segarra se les ofreció muy rápidamente como el culpable de todo que necesitaban. Y debieron decidir que seguir con la investigación adelante, como quería hacer el propio Joaquín Campos, era investigar por investigar y meterse ellos mismos en problemas y también al propio país, que depende del turismo completamente.

Las imágenes de Artur Segarra dándose vueltas en moto y yendo al cajero

Claramente tiraron por la calle del medio y obviaron cuestiones tan claras como que las cámaras más importantes de seguridad en el caso de David Bernat no funcionaron. Una circunstancia muy oportuna que evidentemente protegía a los verdaderos autores del macabro asesinato con torturas incluidas. Casualmente, las imágenes de Artur Segarra dándose vueltas en moto y yendo al cajero a sacar pasta no fueron hurtadas a la opinión pública.

Joaquín Campos intentó incluso conseguir el apoyo de la familia de la víctima, que se negó en redondo a colaborar y que incluso le llegaron a pedir que no publicase el libro dedicado al asesinato y torturas de su hermano e hijo respectivamente. ¿Por qué motivo? Esa absurda obsesión con la moralidad en la que se intentaba tapar algo tan banal y absurdo como que las juergas nocturnas con chicas y a lo mejor también con sustancias de David Bernat, en la sensual noche tailandesa, podían empañar la reputación del fallecido. Una mentalidad absurda, pero que sirve para que los cómplices y a lo mejor verdaderos autores de toda la masacre se hayan ido de rositas hasta el día de hoy. Y Artur Segarra no puede hablar porque evidentemente le costaría la vida en la peligrosa prisión tercermundista en la que está recluido desde hace ya casi 10 años. Recientemente se le ha diagnosticado un trastorno bipolar que tal vez tenga que ver con el modo de vida drogadicto que ha estado llevando desde hace demasiado tiempo y que han costeado las víctimas de sus estafas.

El consulado español en Bangkok evitó y trató de evitar que la investigación profundizara

También el consulado español en Bangkok evitó y trató de evitar que la investigación profundizara en el verdadero origen de todo lo que pasó: las mafias tailandesas que operan en el mundo desenfrenado de la noche de este país exótico en el que tantos turistas europeos se olvidan de que no juegan en casa.

Es tan fácil como que cualquier policía o ex policía corrupto introduzca en tu bolsillo cualquier dosis de cualquier droga para que accedas a las pretensiones amenazantes que pueden ir desde llevarte a una cárcel tercermundista para toda tu vida hasta la pena de muerte. Imagínate la impresión. Te lo estás pasando como en toda tu vida, rodeado de chicas monas y tomando un poco de todo y de repente se te presentan por cualquier sitio unos polizontes con derecho a coaccionarte sin límites para sacarte todo lo que puedan.

El problema de David Bernat era que sabían que el botín era muy suculento y que lo único que tenían que hacer era apretarle las tuercas un poco a este solitario fiestero occidental que ganaba mil dólares al día con su honrado trabajo como consultor. No había más que tenderle una trampa, llevarle a un sitio seguro donde empezar la operación y atarlo a una silla hasta que contara hasta el último dato de acceso a las abultadas cuentas corrientes.

Todo esto requería la asistencia de personal especializado en ingeniería financiera

El principal problema de esta operación de secuestro y extorsión era la seguridad bancaria, ya que no era fácil superar los filtros que interponen las entidades para movimientos de semejante calibre. Y aparte de todo había que encriptar dichas transferencias para poder apoderarse del botín. Todo esto requería la asistencia de personal especializado en este tipo de ingeniería financiera y bancaria y Artur Segarra no encaja con ese perfil para nada. Por lo que sabemos de sus anteriores estafas en España, en las que se apoderaron de un botín inmobiliario enorme, este personaje serviría básicamente como cebo dentro de un entramado en el que había hasta notarios y abogados, pero también un modelo.

Hay muchas moralejas morales en este tipo de crímenes. Los consejos que nos dan siempre nuestros padres de no juntarnos con capullos cobran todo el realismo cuando vemos lo que te puede llegar a pasar por elegir las amistades equivocadas y mucho más cuando estamos hablando de una persona que tenía mucho dinero y que era obvio que manejaba dinero.

La avaricia y la pereza de un jeta criminal como Artur Segarra

Aquí se contempla a simple vista la lujuria sin solución de continuidad tanto en víctima como en victimarios, que tienen cosas en común, aunque es evidente que un currante nato como David Bernat tiene poco que ver en todo eso con auténtica gentuza oportunista que se dedican a estafar a los demás y que llegan incluso al asesinato en sus pretensiones. Por eso destacan mucho más la avaricia y la pereza de un jeta criminal, como Artur Segarra, que pretendía vivir como un rico, pero sin trabajar y siempre a costa de los demás.