Todo lo que está sucediendo en España en los últimos tiempos era de esperar, tras ver lo que sucedió, sobre todo, entre 2020 y 2021. La farsa del bicho inexistente y el posterior envenenamiento de la población no fueron más que test de inteligencia para comprobar hasta qué punto de imbecilidad era capaz de llegar la mayor parte de la sociedad española.
Y el test les salió bien, de hecho les sigue saliendo bien, y ya han comprobado que la mayor parte de la sociedad española, además de cobarde, es completamente imbécil. Es a partir de ese momento, si se dan cuenta, cuando esta gentuza ha pisado el acelerador de su Agenda porque sabían que no iban a tener oposición alguna, tal y como está sucediendo.
Habrán pensado: «si no son capaces de exigir responsabilidades por la muerte de sus familiares, estos van a tragar con todo. Si les hemos dicho claramente que lo que les íbamos a inocular era experimental, que no tenía garantías, que tenía que ser prescrito, y aún así se lo han puesto, estos son tontos. Sigamos adelante que estos van a hacer lo que digamos. Puede que protesten un poco, pero al final, van a aceptarlo todo».
Y así está siendo. Ahora todo el mundo se rasga las vestiduras con el asunto de la amnistía, de Puigdemont, de los pactos de Sánchez… pero el escándalo durará cuatro días. Entre medias, se inventarán un nuevo asunto Rubiales, o cualquier tontería parecida, y las vacas se quedarán mirando pasar el tren, tal y como sucede habitualmente.
El pasado domingo, en la manifestación de Madrid se decía que se saldría a la calle las veces que hiciera falta para oponerse a este golpe de estado. Pero lo curioso, es que muchos de los que lo decían cayeron en la trampa del test de inteligencia, o por desconocimiento, o por interés.
La cosa está mal a nivel político, pero ese no es el mayor de nuestros problemas. Las cosas están mucho peor a nivel social y es ahí donde radica todo. Con una sociedad estúpida y cobarde, como esta, no se puede ir a ningún sitio. Se encamina hacia el matadero tan tranquila, pagándole el cuchillo al matarife y poniendo tranquilamente el cuello.
Magnífico artículo que nunca aparecerá en los medios masivos en los que confía el rebaño. Nos creemos muy listos pero ¡No somos tontos…!