En su desenfrenado camino hacia el abismo, esta sociedad no puede culpar solamente a los políticos de ser los responsables de esa deriva, buena parte de ella colabora en el desastre de forma voluntaria e involuntaria.
Con todo esto se demuestra que el adoctrinamiento recibido desde las escuelas, desde la clase política y, machaconamente, desde los medios de comunicación, no solamente funciona, también parece imparable.
A partir de ahí, los cerebros de muchos se ven absolutamente sometidos a lo que les marque el «Gran Hermano» y se convierten en sus brazos armados, sin que los inductores ni siquiera tengan que mancharse las manos.
Por eso nos encontramos con pruebas fehacientes del gran funcionamiento de esa adoctrinamiento: gente marcada que ni siquiera puede acudir a un acto del «lado contrario». Vean esto: acto de Podemos, periodista Vito Quiles, Monedero y otros agrediendo. ¿Volvemos al 36 o no hemos salido nunca?
Madre de Dios. La «manada» es la que está en las calles. No le veo ninguna lógica a nada de esta «democracia». Hay un fanatismo hostil incapaz de buscar un centro de diálogo. Y esto y no es globalismo: es la política y los borregos. Que fuerte…. mal vamos.