En el día de ayer pudimos ver en Ferraz otro capítulo más del escandaloso comportamiento de los agentes de la Policía Nacional que, cada noche, son desplazados a la sede del PSOE para evitar que sea «tomada» por hordas de ancianos «ultras», o sea derrumbada debido a los rezos del Rosario de «extremistas» descontrolados.
Según cuentan los manifestantes, así como algunos medios desplazados a Ferraz, los agentes de la Policía Nacional les explicaban que habían recibido órdenes del Delegado del Gobierno en Madrid de impedir, e incluso detener, a todo aquel que rezara el Rosario en las escaleras de la iglesia, Parroquia Inmaculado Corazón de María, situada en el número 74 de la citada calle.
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Siempre que suceden hechos escandalosos como este, los agentes se escudan en aquello de «recibir órdenes». Por eso, no podemos evitar preguntarnos: ¿hasta que extremo llegarían por cumplir órdenes? ¿Serían capaces de cumplir cualquier orden, fuera cual fuera la consecuencia de la misma? Porque hay un hecho claro, tan responsable de las consecuencias es quien dicta una orden, como quien la cumple sin rechistar.
Y pensando en todo esto se nos ha venido a la cabeza el famoso Experimento de Milgram, que pasamos a describirles a continuación:
El experimento implicaba tres roles clave: el experimentador (autoridad), el maestro (el participante) y el alumno (un cómplice del experimentador). El maestro debía administrar descargas eléctricas a medida que el alumno respondía incorrectamente a preguntas, aparentemente causándole dolor. La realidad era que las descargas eran simuladas, pero el maestro no lo sabía.
Los resultados del Experimento de Milgram fueron impactantes. A pesar de las muestras de angustia y dudas, muchos participantes continuaron administrando descargas hasta el nivel máximo simplemente porque se les ordenó hacerlo. Este hallazgo arrojó luz sobre la naturaleza de la obediencia y planteó preguntas éticas fundamentales sobre el bienestar de los participantes en estudios psicológicos.
Ahora volvemos a preguntarnos, ¿cumplirían los agentes con cualquier orden que recibieran o serían capaces de tener un límite? Visto lo que hemos visto en las últimas semanas, ¿ustedes qué creen?
Hemos visto a policías ser suspendidos de empleo y sueldo por hacer su trabajo.
Hemos visto a policías reprobados por el vulgo programado a pie de calle cuando hacían su trabajo (reducir a un maleante genuino, p. ej).
Hemos visto a policías obedecer la orden de dejarse matar.
Alguien que obedece unas instrucción tan extrema y contraria al instinto natural más básico, ¿cómo no va a obedecer la orden de matar a otros?
Todo lo que sucede con la policía era 100% predecible. La han programado así mediante trauma, castigo/recompensa perrunos, etc
Muy buen apunte…
Es fundamental entender el punto en el que está cada uno. Cuando hablamos de alcanzar la conciencia habría que trabajárselo por sectores, pero para eso hay que tener esa capacidad cada vez más escaseante de ponerse en el lugar de otros y saber cómo se ha traído a cada grupo de personas hasta aquí, para convertirlos en lo que querían.
Aparte de todo eso también recuerdo del primer año plandémico el vídeo de un poli denunciando públicamente que en las academias son sometidos a programación neurolingüística. Sobre el hecho de que cada vez los seleccionan con menos luces.
Si alguien recuerda lo que digo y tiene el vídeo estaría bien que lo pusiera por aquí.
Mucho MERCENARIOS con placas con el estómago agradecido. Muchos convertidos en chivatos expiatorios baratos de un Gobierno Corrupto y Criminal que les hacen convertirse en auténticos CÓMPLICES para que le cuelguen unas asquerosas medallas el día de la Policía!! Recuerden apoyarles cuando pidan apoyo en la equipación salarial y otra memez de carácter comparativo a las policías pijas y privilegiadas de las CCAA.
Yo les he cogido mucho asco y cada día más!
Lo siento, pero es lo que siento!