En el ínterin de la farsa de la gripe aviar, arriba a nuestras pantallas la astracanada de la peste porcina africana. Y tras ésta, la porcina a secas, imagino. Y más tarde, las vacas locas. O semejante, tal dermatosis nodular bovina («Las vacas por si solas representan alrededor del 6% de las emisiones globales y por eso necesitamos cambiar las vacas y avanzar hacia la carne artificial», Bill Gates, cuyos mosquitos genéticamente modificados acaban de cuadruplicar los casos de dengue en Brasil; pero, por supuesto, el menda lerenda también te vende las timovacunas: juas). Destruyendo la ganadería y todo el sector primario (Y no olviden tampoco que el suministro de carne y otros productos se halla enormemente contaminado con deletéreas proteínas de ARNm provenientes de «vacunas» biotecnológicas: comiendo armas biológicas, pues). Pues ya saben, virus y bacterias ficticios, sin poder comer carne (cerdo, ave, vaca…). Ale, a jamar grillos, gusanos y tofu, colosal mierda, grosso modo, mientras ellos, los criminales globalistas, zampando suculentos asados. «A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible», Sánchez dixit. Y otra vez MeMa, obligando a colocarse el tóxico puto bozal. Y la esclavizada peña ensayando más temas de Arcusa y De La Calva (El Dúo Dinámico). Españoles, ratas de laboratorio (Susan George), no tendréis nada y seréis felices. Extremadamente.
Adenda
Y no olviden que más de 100. 000 páginas de documentos demostraban minuciosa y fehacientemente la participación del Pentágono estadounidense en la «creación» de la fiebre porcina y de lo que se terciase «víricamente». Inicuos experimentos en sus laboratorios biológicos diseminados por todo el planeta: Ucrania, por ejemplo, top. Y su «remedio, claro. En 2009, Joseph Moshe (microbiólogo del Mossad): «La vacuna de la gripe porcina es un arma biológica».
En fin.