El cierre de la fábrica de Audi en Bruselas, perteneciente al Grupo Volkswagen, es un hecho de suma importancia que marca la primera clausura de una planta de producción del grupo en Europa en décadas. Esta decisión, que afecta a unos 3.000 empleos directos, se ha concretado el 28 de febrero de 2025, tras varios meses de incertidumbre y negociaciones.
El Grupo Volkswagen comenzó a advertir sobre posibles cierres en julio de 2024, cuando señaló que la planta de Audi en Bruselas, ubicada en el barrio de Forest, podría cerrarse debido a una «caída pronunciada» en la demanda de vehículos eléctricos de alta gama, específicamente del modelo Audi Q8 e-tron, producido exclusivamente en esta factoría. Esta planta, que empleaba a unas 3.000 personas, sufría problemas estructurales como altos costos operativos y logísticos, además de una demanda insuficiente para justificar su continuidad.
En octubre de 2024, tras un proceso de consulta con sindicatos y búsqueda de inversores alternativos, Audi confirmó oficialmente que la planta cesaría operaciones el 28 de febrero de 2025. A pesar de haber contactado con más de 20 posibles compradores, ningún candidato presentó un plan viable y sostenible para mantener la fábrica operativa, ya sea para producir vehículos u otros productos.
La planta estaba diseñada para producir hasta 120.000 vehículos al año, pero la demanda del Q8 e-tron, un SUV eléctrico de lujo con un precio aproximado de 80.000 euros, no alcanzó las expectativas. En 2022, se fabricaron 47.900 unidades, cayendo a 37.400 en 2023, y para 2024, las entregas hasta el tercer trimestre apenas alcanzaron las 23.900 unidades. Esta tendencia reflejó una ralentización general en la adopción de vehículos eléctricos en Europa.
La ubicación en Bruselas implicaba mayores costos logísticos y operativos en comparación con plantas en países con mano de obra más barata, como México o China, adonde se trasladará parte de la producción del citado modelo de Audi.
El cierre se enmarca en una reestructuración más amplia del Grupo Volkswagen, que también anunció el cierre de tres fábricas en Alemania y la eliminación de decenas de miles de empleos en 2024, como respuesta a la competencia de fabricantes chinos de vehículos eléctricos más económicos y una transición al eléctrico más lenta de lo previsto en Europa debido a la cada vez menor confianza en este tipo de vehículos.
Desde el anuncio inicial, los trabajadores y sindicatos belgas organizaron manifestaciones y huelgas, incluida una notable en septiembre de 2024 que bloqueó Bruselas. Los sindicatos exigieron soluciones que preservaran empleos, como producir otros modelos o componentes del grupo en la planta, pero estas propuestas no prosperaron.
La pérdida de 3.000 empleos directos, más cientos en industrias relacionadas, ha supuesto un duro golpe para la economía local. Se están negociando planes sociales para mitigar el impacto, pero los detalles aún no son públicos.
El cierre de esta fábrica, junto con los anunciados cierres de tres plantas del Grupo Volkswagen en Alemania, pone de manifiesto una vez más las tensiones y contradicciones entre las políticas verdes ambiciosas de la Unión Europea (UE) y la preservación de su base industrial. Este hecho es una clara señal de que Europa está perdiendo competitividad industrial, en gran parte, debido a su apuesta decidida por una transición ecológica que no siempre ha sido acompañada de una estrategia económica suficientemente robusta para proteger sus sectores clave.
La narrativa de «liderar la sostenibilidad global» choca con la realidad de una Europa que pierde empleos, competitividad y capacidad productiva frente a rivales que no comparten el mismo nivel de compromiso «cambiático». Si no se corrige esta tendencia, el continente corre el riesgo de convertirse en un museo verde, pero sin la fuerza industrial que históricamente lo sostuvo.
Políticas nefastas y absurdas,hacen de Europa el azmerreir del mundo.Mientras China consiguió salir de su pobreza e industrializarse,aunque con métodos discutibles ahí está en la segunda economía mundial…en contraste con Europa que cae en picado y se mantiene por dos o tres países.
Donald Trump:
Deberíamos pasar menos tiempo preocupándonos por Putin, y más tiempo preocupándonos por las bandas de violadores de migrantes, los capos de la droga, los asesinos y las personas de instituciones mentales que ingresan a nuestro país, ¡para que no terminemos como Europa!.
Añadiríamos:donde estas personas disfuncionales ejercen un poder tiránico desde Bruselas,véase a la Vonderleyen.