Manuel Marchena es presidente de la Sala Penal del T. Supremo y miembro de la Sala Especial y de la Sala de Gobierno del mismo tribunal. Lo que se conoce como «salsa de todos los guisos».
La Ley de Enjuiciamiento Criminal obliga a denunciar todos los delitos que conozcamos por cualquier medio y sin aportar pruebas (art. 264).
Por ello denuncié que en redes sociales afirmaban que Marchena tenía abultadas cuentas no declaradas al fisco español. Una verdad como un templo (que las redes lo dicen, no que las tenga).
Tras una larga lucha logré que la denuncia llegara al Supremo, para que investigase si era cierto o falso.
La tramitaron sus colegas y amigos de la Sala Especial, que la inadmitieron por encontrar inverosímil que su compadre hubiera cometido ningún delito, y además decidieron multarme con 4.000 € por la «temeridad» de admitirlo como posible y denunciarlo. Con un poco de suerte, nadie más denuncia a ninguno de ellos, nunca y por nada, no vaya a ser…
Los medios mercenarios lo contaron a su manera.
Recurrí la multa a la Sala de Gobierno del T.S. con 4 argumentos:
1) es ilegal multarme por cumplir con mi deber. Al contrario, por ello deberían proponerme para la medalla al mérito civil y la medalla al mérito jurídico de San Raimundo de Peñafort.
2) es ilegal que resuelvan el caso los colegas y amigos del juez denunciado.
3) es ilegal que sean los mismos jueces los que me denuncien, instruyan y me sancionen.
4) la multa es desproporcionada y arbitraria.
Los amigos de Marchena se limpiaron el c… con los 3 primeros argumentos pero redujeron la multa a 900 € por «excesiva».
Pero nada de esto contarán los mercenarios.
Por eso lo tengo que contar yo.
Ahora ya no cabe recurso, porque por encima del Supremo no hay nadie, pero gracias a esta aberración ya sabemos que España es un ESTERCOLERO con bandera y podemos manifestar nuestra repulsa a estos forajidos y el apoyo al «temerario» denunciante, haciendo una aportación aquí:
ES64 2103 7029 7800 3000 0893
Aprovecho para agradecer las aportaciones ya hechas y las que se hagan a partir de ahora, que tanto me animan y ayudan a luchar contra este pútrido sistema.
De todo corazón
Galo Dabouza