En una acción significativa contra el régimen venezolano, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha decomisado un avión perteneciente a la Vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. Esta operación se considera la primera medida contundente de la nueva administración estadounidense contra el gobierno de Nicolás Maduro.
El avión, identificado como un Dassault Falcon 200, fue incautado en la República Dominicana, donde se encontraba retenido desde abril de 2024. Rubio, conocido por su postura crítica hacia el régimen de Maduro, supervisó personalmente la acción, que se enmarca dentro de una estrategia más amplia de aplicar sanciones y presiones económicas para promover cambios democráticos en Venezuela.
«Este decomiso es un claro mensaje de que no toleraremos más las violaciones de derechos humanos ni las actividades ilegales del régimen de Maduro», declaró Rubio en una conferencia de prensa tras el decomiso. La aeronave había sido utilizada por altos funcionarios venezolanos para viajes internacionales, y según fuentes, también para actividades de tráfico ilegal de mercancías.
Por su parte, desde el gobierno venezolano no se ha emitido una respuesta oficial inmediata al decomiso del avión. Sin embargo, en posts en redes sociales, usuarios y analistas han interpretado este acto como un endurecimiento de la política estadounidense hacia Venezuela. «Es evidente que la administración de Trump, a través de Rubio, está incrementando la presión», comentó un analista político en X, reflejando el sentimiento general en las redes sociales.
Esta medida no solo subraya la continuidad de la política exterior de Estados Unidos respecto a Venezuela sino que también pone bajo el microscopio las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países. El decomiso del avión de Delcy Rodríguez marca un nuevo capítulo en la tensa relación entre Washington y Caracas, con implicaciones que van más allá de la simple confiscación de un bien, apuntando a un esfuerzo más amplio para desestabilizar al régimen de Maduro.