¿Se va el caimán?

Por Alfonso de la Vega

«Se va el caimán, se va para Barranquilla» (Canción de Peñaranda)

El anuncio del falsario de que se daba de plazo hasta el lunes para replantearse seguir o no en la poltrona gubernamental ha causado cierto estupor no exento de alegría por si cayera esa breva. No porque no falten infinitas razones para dimitir sino porque nos encontramos ante un personaje sin ningún freno moral, un indeseable que carecería de un mínimo honor, dignidad o vergüenza. Apoyado además en la poltrona por otras gentes de su parecida calaña que le utilizan para toda clase de abusos o felonías, de modo que le intentarán mantener mientras les interese. En el último acto público se le veía muy jaque y respondió a los abucheos y epítetos recibidos del público con las manos en los bolsillos dicen que tocándose sus partes mientras esperaba la llegada de Su Majestad.

De momento todo son especulaciones pero la clave del asunto seguramente no tiene nada que ver con la calidad de nuestras desprestigiadas instituciones, ni menos por la supuesta oposición, más fláccida e inoperante que un globo pinchado, sino con cierta documentación que al parecer los judíos sionistas habrían mandado a Francia en caballo volador con documentación muy sensible que afectaría a las andanzas más inconfesables de la pareja prodigiosa. La catedrática y el doctor.

¿Qué pasará?

Es de suponer que sus consejeros más cercanos le indiquen la conveniencia de resistir a lo Masada desde la fortaleza moncloca, pues fuera del poder no podría usar y abusar de los instrumentos del Estado borbónico en su provecho. Y además es muy probable que haya mucha gente esperando turno para el previsible ajuste de cuentas.

Pero, si tal hipótesis es cierta, seguramente el objeto del supuesto chantaje debe ser muy grave, algo muy gordo. Demasiado como para que los amos de la Agenda 2030 decidan soltar lastre tan beneficioso para ellos y tan desastroso para la Patria. Y puede que en tal tesitura sea mejor escapar en el servicial falcón a la República Dominicana, Venezuela u otro territorio cómplice o amigo.  Sería una paradoja de justicia poética que a irresistibles instancias del mando oculto tuviera que imitar al tan criticado rey emérito. 

Pudiera tratarse de una añagaza practicada por dictadores y sultanes para comprobar el grado de lealtad de sus secuaces.  

Cabría la posibilidad de una postura a lo Sansón derribando con él todo el tinglado institucional que ya está de mírame y no me toques.  

Teniendo en cuenta la naturaleza del oponente no se entiende por imprudente la postura del falsario de enfrentarse a Israel en relación con lo de establecer un Estado palestino. Ni con lo del genocidio en Gaza. Se trata de causas nobles o filantrópicas en sí mismas y por ello extrañas en un tipo como él, pero debiera haber tenido previsto el consabido culatazo. Quizás habría que investigar el papel de su protector Soros o de su hijo o heredero en esta crisis.  Se sabe que Soros, aunque misántropo judío, no comparte el sionismo del Estado de Israel. Es posible que al falsario se le hubiere subido el poder a la cabeza, contando como permanente con un apoyo plutocrático que al final le habría fallado.

Pero tampoco hay que descartar una maniobra como la famosa de Felipe González en el congreso socialista de 1979 para hacerse con el poder total, en este caso no ya solo del partido socialista sino de la colección variopinta de enemigos de España que le apoya. Puede que tal hipótesis sea lo más probable. 

Ni soy arúspice ni  tengo a mano una inocente gallina que destripar para ver los resultados. A los galleguistas de Feijoo les ha dado por perseguir y cargarse las gallinas de sus paisanos del rural, de modo que habrá que usar el tarot. 

Nos queda que la Providencia divina se apiade y nos ayude. No somos nadie.