miércoles, octubre 9, 2024
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Portugal e o futuro, 50 años después

Por Alfonso de la Vega

“Tenemos plena consciencia de los riesgos que derivan de la línea política que preconizamos basada en la apertura, la liberalización, la seguridad cívica, la africanización, la autonomía de los territorios ultramarinos y el respeto de los pueblos ha disponer de sí mismos, única vía de solución para los problemas nacionales, pero tenemos también plena consciencia de los riesgos que, mucho más graves, que envuelve su ignorancia o su negación” 

(Portugal y el futuro, febrero de 1974, Antonio de Spinola)

La advertencia del general luso no llegaría a tiempo como tampoco un parecido antecedente español. En 1783 el conde de Aranda en una Memoria en la que ya advertía del potencial hegemónico norteamericano y del riesgo de la revolución en Hispanoamérica propuso al rey Carlos III una solución según la cual se dirigiría desde España el proceso dividiendo la parte continental en tres reinos, Méjico, Tierra firme y Perú, con sendos infantes españoles que deberían lealtad al rey de España.  Más tarde Godoy recogería la idea pero propondría que no hubiera cesión territorial sino que los infantes sólo tuviesen el título de regentes. No se hizo nada, con el resultado conocido.

Es interesante recordar los dos procesos históricos vividos en la Península Ibérica de sustitución de sus regímenes militares. Sobre la Transición española, violentamente alterada en sus planes iniciales por el estratégico magnicidio del presidente Carrero, ya nos hemos ocupado pero no tanto de la evolución de Portugal.

“Grándola vila morenaTerra de fraternidades. O povo é quem máis ordena. Dentro de ti ó cidade…”

A las 0,20 horas de la madrugada del 25 de abril de 1974 suena la famosa canción en la radio que sirve de aviso para el levantamiento militar contra la dictadura portuguesa que entonces mantenía postrada económica, social, política y culturalmente a la nación. Las Fuerzas Armadas toman diferentes centros neurálgicos y al amanecer el golpe se ha consumado de modo irreversible.

La Agencia EFE lo anunciaba así:

Flash. Sublevación militar. Lisboa, 25. Esta madrugada se ha registrado en Lisboa una sublevación militar de de extensión y características hasta ahora desconocidas, según informa la agencia ANI. A Partir de las cuatro de la madrugada, la Emisora Radio Club Portugués comenzó a transmitir de quince en quince minutos un comunicado de una organización denominada “Movimiento de las Fuerzas Armadas” que recomienda no se ponga resistencia para evitar así un derramamiento de sangre.

En España el golpe portugués produjo reacciones encontradas. Gran inquietud en el Régimen y cierta esperanzada alegría en la oposición y la parte de la población que deseaba cambios políticos. Militares famosos de la época como Diez Alegría se convirtieron para algunos en potenciales émulos españoles del general Antonio de Spínola. Un general aristocrático y elitista, con monóculo como los prusianos, pero crítico con la dictadura que luego daría un contragolpe fracasado a finales de ese mismo año 1974.

El 20 de diciembre anterior había sido asesinado, en un estratégico magnicidio no aclarado, el presidente Carrero. Justo el día después de entrevistarse con el siniestro Kissinger y oficiales de la CIA, en una reunión sin acuerdos que resultaría fatalmente trágica para nuestro presidente del Gobierno. La situación política española era muy delicada, con EEUU y Marruecos hostigando con el Sáhara y se pensaba que podía pasar cualquier cosa. Yo recuerdo que en el otoño de ese mismo año 1974 de la vecina Revolución de los claveles, debía iniciar mi primer campamento de milicias universitarias. La situación española era de gran incertidumbre o al menos así lo considerábamos entonces muchos jóvenes de la época. Sin embargo, el Régimen resistió hasta la muerte del general Franco.

Resulta interesante comprender el verdadero papel de EEUU y de la OTAN en el golpe portugués. Un golpe a la forma clásica, no como el posmoderno auto perpetrado por el propio Régimen ahora en el Reino de España. El antiguo imperio portugués fue demolido. La decrépita dictadura fue sustituida por un régimen con votaciones, llevadero para el globalismo. La odiada policía política, la PIDE, fue perseguida y algunos de sus miembros que no pudieron huir o esconderse, medio linchados. Los militares más izquierdistas como el almirante Rosa Coutinho o el famoso capitán Otelo Saraiva de Carvalho, autor de la crónica Alvorada em Abril, terminarían destituidos o incluso procesados. También civiles críticos con la deriva pro imperialista norteamericana y reformadores serían eliminados del proceso. Así, el brillante primer ministro Sa Carneiro, que da nombre al aeropuerto de Oporto, sufriría un extraño pero “oportuno” accidente de aviación que le causaría la muerte. Me recuerda el magnicidio del también primer ministro sueco Olor Palme. El testigo José Moreira sería asesinado.

Quizás el golpe del 25 de abril, conocido como la Revolución de los claveles haya sido el último golpe de estado clásico en Europa. Un golpe convencional motivado por el sincero patriotismo de la mayoría de sus agentes. Inspirado en el romántico deseo por parte de algunos de sus promotores de “devolver la Libertad al pueblo”. Recuerdo que dos siniestros caraduras, Sartre y señora, fueron allí de señoritos certificadores comunistas de la Revolución. Luego reacondicionada, revisada y adaptada a los deseos de la OTAN y a ciertas necesidades del NOM.

Sin embargo, pese al internacionalismo mejor o peor entendido de algunas de las fuerzas políticas portuguesas, su propio Partido Comunista ortodoxo, siempre pareció existir un admirable patriotismo. Un sentido de la soberanía nacional y de la dignidad de Portugal que tanto echamos de menos aquí en España. En casi todas las fuerzas políticas de la Monarquía pero muy especialmente en las corruptas y degeneradas zurdas españolas y los golpistas regionales.

Hoy, medio siglo después, este episodio no se suele recordar demasiado aquí, aunque muchos españoles nos alegremos sinceramente de los logros del querido pueblo hermano portugués. Pero no deja de ser curioso que si durante mucho tiempo buena parte de españoles acostumbraban a mirar por encima del hombro a sus vecinos, hoy, en cierto modo las tornas han cambiado.  Y la sensación es la inversa. El Reino de España atraviesa una grave crisis que mucho nos tememos pueda resultar terminal para la antigua nación española mientras la República portuguesa progresa, aun con sus problemas, y puede mirar con relativa mayor esperanza su futuro. Incluso, ¡Portugal ha conseguido superávit! Y si el actual gobierno español logra consolidarse no es de extrañar que se produzca una desbandada hacia el país hermano.

Las causas de esta diferente evolución histórica entiendo que son variadas. Una de las más importantes consiste en sus respectivos sistemas políticos así como los partidos e instituciones que los soportan, incluidos el sentido de pertenencia nacional y de patriotismo. La Monarquía es un Régimen deficiente, caro y pernicioso. Sin elegibilidad directa, auténtica representatividad, ni separación de Poderes, lleva el cáncer en su seno con el disparatado, oneroso, ineficaz, liberticida y destructor tinglado autonómico. Toda una insufrible fronda de cargos y cargas políticos, ocho veces más por habitante que en Alemania. 

Una fronda lamentable que promueve la corrupción y cuya incompetencia criminal se viene demostrando. No hay más recordar el latrocinio montado por las autoridades borbónicas con lo de las perjudiciales mascarillas, impuestas para engordar la gusanera. La Corona tampoco protege los derechos civiles conculcados por su gobierno cuando firma cualquier decreto que le pasa su despótico gobierno por aberrante o anticonstitucional que sea.

En España disfrutamos de una Monarquía calamitosa, que demuestra una y otra vez que forma parte del problema y no de su solución. Sin patriotismo reconocible a la hora de la conducta, resulta cooperadora necesaria por acción u omisión con las fuerzas subversivas contra la Nación. Las instituciones no funcionan y la propia Corona, tampoco. En la práctica, por ineptitud o por complicidad, su verdadero principal papel actual es el de narcotizar a los españoles patriotas que aún creen que va a oponerse a la disolución de la Nación y los derechos civiles. Ojalá me equivoqué pero, visto lo visto hasta ahora, sinceramente dudo que lo vaya a hacer. Mientras tanto el golpe desde las propias instituciones del Régimen va progresando sin aparente oposición alguna.

En Portugal cuando se conoció un caso de corrupción casi ridículo en comparación con los que sufrimos en este Reino el gobierno s vio obligado a dimitir. Aquí se hace ostentación indecorosa de corrupción generalizada y no dimite nadie. Faltaría más. 

Otra diferencia muy notable, desde luego, se encuentra en las izquierdas respectivas. La portuguesa en el gobierno ha conseguido superávit sin recurrir a políticas de recorte social. La clave se encuentra sobre todo en el aumento de la recaudación por la mejora de la economía, no axfisiada como aquí por la falta de libertad provocada por el exceso de reglamentación y el ruinoso caos normativo autonómico. Sin embargo, las repugnantes zurdas españolas como las calificaba Antonio Machado carecen de patriotismo y sentido nacional. A su permanente corrupción agravada por el reglamentismo y la falta de libertad económica le unen el ser vehículo de los abusos e injusticias de las reaccionarias extremas derechas golpistas catalanas y vascas con las que se solidarizan y colaboran por ser enemigas de España. Algo increíble pero cierto. Y por mantener y agravar déficit crecientes, engordando la gusanera de la Deuda. Y con ella, el tener que dedicar parte sustancial del presupuesto al pago de intereses. Recursos que son sustraídos a la satisfacción de verdaderas necesidades. Sin olvidar las temibles consecuencias de servidumbre y pérdida de soberanía. Unas zurdas prostituidas y enfangadas en la demagogia que en realidad trabajan para los prestamistas y usureros internacionales.

Desde luego, por supuesto, otra diferencia fundamental es que el pueblo portugués tuvo la inteligencia de rechazar el sistema  autonómico que le ofrecía, para su desgracia, lo más degradado de su casta política. Esto permite una cierta unidad de criterio, la contención del gasto, así como evitar que el propio Estado financie la subversión contra la Nación como ocurre en el empobrecido Reino de España.

Otra vez los senderos que se bifurcan. El Reino de España, va derechito al despeñadero. En cambio, la República Portuguesa parece ir avanzando pese a todo en un relativo progreso y libertad, dentro de lo que cabe.Mis mejores deseos en este notable cincuentenario para Portugal, que parece va a pasar a ser nuestro modelo de futuro. Portugal e o futuro, era el famoso libro del general Spinola. Parafraseándole, acaso hoy podríamos decir nosotros, ¿nuestro futuro es Portugal?

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Es Diestro. Opinión en Libertad
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3 COMENTARIOS

  1. Honestamente apenas hemos leído sobre la historia de nuestros hermanos de Portugal,es una asignatura pendiente,que intentaremos resolver.

    Lo poco que leímos fue lo de los Reyes de Brasil los que abolieron la esclavitud,y como ‘unos portugueses’se apoderaron de todas las propiedades de sus Reyes y fueron subastadas.

    Esa historia de ‘nobles republicanos’,o rojos con dinero…que se dedicaron a poner bombas en ramos de flores en las bodas reales,sucedió tanto en Portugal como en España…por que criticar este tipo de acciones?,tan normales entre la izquierda!.

    Cuando la Falange realiza una celebración,las televisiones hablan de ultraderecha y dicen todo tipo de adjetivos amenazantes…cuando los comunistas ponen flores en sus monumentos,entonces si es una simple e inofensiva celebración sean rosas o claveles,o amapolas afganas.

    Será la masonería?,será la CIA?,en un pueblecito pesquero de Portugal varo un barco cargado con cocaína,pintaban las rayas del campo de fútbol con coca,el paraíso de Koldo.Una década después todos lloran tan triste suceso,muertes por sobredosis…jóvenes adictos y abandono de tareas,en resumen catástrofe social.

    Muchos jóvenes ven con nostalgia a Portugal como un paraíso perdido,paraíso fiscal?,el hermano de Sánchez paga allí sus impuestos…aunque el Gobierno no hace lo mismo como con Arancha Sánchez Vicario o con Shakira.

  2. Los que mandan ocultamente en los líderes de Portugal mandan también en los españoles y del resto del mundo. Ahora vivimos en todas partes un engañabobos teatro mediático globalista (muy bien diseñado) que nos lleva, partiendo de las diferenciales casuísticas locales, a la Abominación Única 2030

  3. La deuda pública relativa de los portugueses es tan besatial como la española. Todo para la mayor gloria y poder de los Rithschild

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