Ya se habrán dado cuenta, desde un principio, que el titular de este articulo era completamente irónico. Por supuesto que ya sabemos que, seguramente, ni Mercadona, ni Carrefour, ni ninguna otra gran superficie necesitarán clases de geografía, pero por sus hechos, tal y como dice el Palleter, parece que sí.
Y es que nos seguimos encontrando en las redes sociales que, mientras por un lado nos cuentan que los productos que nos venden tienen un origen determinado, sobre todo España, cuando llega la letra pequeña nos encontramos con que ese supuesto producto español procede, por ejemplo, de Sudáfrica que, hasta donde llegan nuestros conocimientos, no parece que se haya convertido en una provincia española.
Entonces es cuando ya empezamos a pensar mal. Y teniendo en cuenta que eso que están haciendo sería ilegal, empezamos a pensar mucho peor porque desconocemos el motivo por el que lo hacen y, lo que es más grave, el motivo por el que se lo permiten.
Entonces, ¿de qué va todo esto? ¿Es cosa de ese agendismo en el que todas estas empresas militan? Porque parece que sí. Entonces es cuando llega otra gran pregunta: si resulta que se enriquecen gracias al consumo de los españoles en sus establecimientos, ¿no sería lo más lógico que «agradecieran» ese consumo, comprando los productos a los productores españoles?
Pues parece que sería lo más lógico, pero como España ya funciona fuera de toda lógica, entonces con lo que nos estamos encontrando es con que rinden cuentas, exclusivamente, a los agendistas y cumplen órdenes.
Entonces ya nos estamos encontrando con algo completamente distinto ya que entraríamos en plena confrontación porque, si rinden cuentas ante esos que nos quieren someter imponiéndonos una dictadura, entonces nos tendremos que defender. Y defendernos de estas grandes superficies es relativamente sencillo porque significaría beneficiar a autónomos y pequeñas empresas españolas: no compremos en esas grandes superficies, ¿no les parece?