Curioso el mundo este de los grandes negocios y, sobre todo, tremendamente llamativo por alguna de las operaciones que se producen. A principios del mes de junio de este año, nos encontrábamos en todos los medios con noticias como estas: «Boicot de Alemania a la fresa española».
Y nos contaban que: «La asociación alemana Campact ha lanzado una campaña para que los supermercados de este país no vendan las fresas procedentes de España. Su objetivo es no contribuir a la desecación del Parque Nacional de Doñana. Y ya se han sumado más de 140.000 ciudadanos».
Como somos conscientes de que las asociaciones de ecologistas son más negocio que otra cosa y que inician sus campañas con objetivos económicos, más que ecológicos, nos quedamos con la «mosca tras la oreja», por ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.
Posteriormente, surgió una noticia que apenas tendría repercusión nacional, excepto en los ámbitos económicos y agrícolas: «Cinven recibe las primeras ofertas por Planasa, líder español en frutos rojos». Y nos contaban que «arranca oficialmente la venta de Planasa, el mayor productor español de fresas y otras variedades de frutos rojos como arándanos, moras o frambuesas».
Curiosamente, hoy nos encontramos con una noticia en la que se nos cuenta que la adquisición de Planasa ya se ha llevado a cabo. ¿Y quién ha comprado la empresa líder de la producción de fresas en España? Pues, curiosamente, una empresa alemana llamada EW Group, que ha pagado 900 millones de euros, cuando los antiguos propietarios de Planasa aspiraban a conseguir un mínimo de 1.000 millones.
Como decíamos, más que curioso. Y lo más curioso es que del boicot de las fresas españolas en Alemania no se ha vuelto a decir nada.