Por Alfonso de la Vega
«A veces los idiomas son tan firmes en sus cercos, que nuestras pobres almas no hallan espacio para abrir las alas, y otras almas elegidas, místicas y sutiles, dado que pueden volar, no pueden expresar su vuelo. Los idiomas nos hacen y nosotros hemos de deshacerlos. Triste destino el de aquellas razas encerradas en el castillo hermético de sus viejas lenguas, como las momias de las remotas dinastías egipcias, en la hueca sonoridad de las Pirámides.» (Valle Inclán, La Lámpara maravillosa)
La noticia regional está en que tras ser nombrado presidente de la Xunta gallega en el parlamento compostelano el popular Rueda escoltado por Feijoo fueron al llamado Panteón de gallegos ilustres para homenajear al sectario orate Castelao. Hechicero negro y tótem de la tribu galleguista. Tras la bochornosa cabezada al sepulcro depositaron un ramo de flores. Menudo comienzo de mandato sin propósito de enmienda. Castelao fue uno de los sectarios antiespañoles más famosos como Arana en Vascongadas o Prat de la Riba en Cataluña.
El amable lector no buen conocedor de la realidad gallega acaso se dirá, los nacionalistas vascos y catalanes sin duda son racistas, integristas, pero que, como afirma Núñez Feijóo, nosotros los gallegos somos un ejemplo de nacionalismo fino, educado amén de muy filantrópico. Alfredo Brañas ya explicaba la razón última del nacionalismo galleguista, «regionalismo» en su jerga: Galicia para los gallegos. Un coto de caza caciquil lejos de los entrometidos españoles que nos puedan disputar el dulce mangoneo y la lucrativa comodidad de la poltrona.
La para muchos injusta fama de Castelao, un personaje sectario lamentable, un falsificador de la Historia que tergiversaba a su conveniencia, se debe paradójicamente a los complejos de la carcundia gallega abanderada por el PP de, que no en, Galicia. Luego, donde hay mito que se quiten Razón, derechos civiles ni argumentos. El glosar a Castelao, un tipo que sostenía en su libro más importante considerado la biblia del galleguismo que “as dereitas ten a culpa de too”, por parte del actual despótico caciquismo autonómico enmucetado resulta una forma demagógica de intentar tapar las propias vergüenzas y su mala conciencia. La complacencia del PP con estas mañas demuestra su verdadera condición.
A Castelao también parece que le daba vergüenza reconocer que él se llamaba Alfonso Rodríguez, nombres de la odiada Castela, y no tanto Daniel Castelao. El beatificado orate rianxeiro fue apóstol del santo pucherazo y colega de los no más sectarios Arana o Prat de la Riba. Un tipo verdaderamente indeseable.
Yo tuve oportunidad de leer a Castelao en los años setenta, durante los últimos tiempos de Franco. Todo un acto heroico amén de algo masoquista, fruto de la audacia e inmadurez de los pocos años. Entonces se podía conseguir Siempre en Galicia, aunque teóricamente estaba prohibida. Mal asunto desde luego lo prohibir por mala que sea la obra, aunque en este caso puede que quisieran crear una fama de gran personaje a un demagogo sectario que no la merecía. O de proteger a los posibles intrépidos lectores del bodrio. Solidaridad entre paisanos, ninguno de ellos muy demócrata ni liberal precisamente. Donde hay mito que se quiten Razón ni argumentos. Pero todo vale para el voraz convento galleguista. Gentes que vulneran los derechos civiles para obtener más poder sobre una plebe cada vez más embrutecida y cautiva gracias a sus mañas.
Aunque ya los próceres galleguistas no suelen acudir a soflamas racistas, promueven la acción cultural en la línea del neomarxismo posmoderno. Y sigue patente y cada vez más agudizado el problema de establecer con cargo a los impuestos de todos los españoles los supuestos derechos de las lenguas por encima de los de sus hablantes. La «normalización lingüística» que, en consecuencia, considera a los hispanohablantes gallegos o ciudadanos españoles que viven en Galicia como «anormales«. La imposición del gallego sacramental en la administración pública y la cultura subvencionada como viático para acceder a la galleguidad: El monolingüismo impuesto para ser un buen súbdito de pro, como corresponde a una bandera única, la que ondea solitaria en la sede oficial de la Xunta en San Caetano. Escudo de funcionarios vagos o inútiles para poner barreras artificiales a otros para que no puedan acceder a su sinecura. Claro que Castelao, como buen político galleguista también era todo un demócrata a su manera pues consideraba que al pueblo había que salvarlo contra su voluntad, incluso por la fuerza. Y que era preferible el derecho de pernada de los señores feudales gallegos, por ser gallegos, a las posibles garantías personales frente al poder de un Estado moderno como el de los Reyes Católicos.
No podemos ignorar que la Nación y la Libertad están gravemente amenazadas en España por el tinglado autonómico que fomenta y financia la subversión. Feijoo uno de los caciques galleguistas causantes del actual destrozo en la región gallega quien disfrazado de deseado estadista disimula con querer arreglar las cosas de la malvada España. Es paradójico que presuma de globalitaria Agenda 2030 mientras antes fomentaba el nacionalismo gallego o ahora se disfraza de salvador de la patria frente al otro socialismo, el rojo.
La verdad es que más allá de la virulencia letal apenas existen importantes diferencias en lo ideológico entre los respectivos liberticidas nacionalismos periféricos. Y un nacionalista gallego, capaz de homenajear a Castelao o de afirmar que «Galicia es una nación sin Estado» supone más parte del problema que de la posible solución.
Pues nosotros o le hemos leído,así que no debemos opinar.
Seguimos sin entender,lo de las autonomías,que fue una especie de inicio de ‘separatismo consentido’,para duplicar las administraciones y poder enchufar a muchos funcionarios afiliados a sindicatos o a partidos políticos.
De este modo,parece que intenten cada ‘autonomia’,relatar su propia historia,sin centrarse en lo principal,en la historia del conjunto de todas,es decir de España en su conjunto,cuando tenía provincias.
Tampoco entendemos que esconde el PP que no quieren hablar de la esposa del Presidente de Begoña Gómez,ya que lo del novio de Ayuso no era para tanto…que los medios ‘sobreados’:no hablen de la corrupción de la Gómez,no nos extraña,pero que no lo hagan los otros partidos…es que tienen algo que esconder?.