viernes, noviembre 22, 2024
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Tu mejor hamburguesa de Santander te recuerda: vayamos a comer a los sitios de siempre y no a las grandes cadenas

Muchas veces pasamos por alto las decisiones que pueden ser más importantes, porque no nos damos cuenta de estas pequeñas cosas de cada día, pero creo que todos alguna vez hemos pensado esto: ¿de verdad es más guay comer en las grandes cadenas internacionales que en los sitios de siempre, gestionados por personas con vocación y amor por lo que hacemos? Hablamos con una hamburguesería con vocación por la comida mejicana en Santander sobre todo esto.

¿Por qué no hacer monumentos a las cosas de cada día, que nos hacen tan felices?

Los restaurantes auténticos, creados por emprendedores de ese origen de la especialidad que se ofrece, nos aportan el sabor original de estos países amados.

Lo que más nos gusta de la comida, aparte del sabor y los nutrientes necesarios que nos aporta, es toda la experiencia única y personal que sólo los artesanos de los restaurantes locales nos pueden ofrecer. Un ejemplo es esta hamburguesería de Santander llamada Captain Chicken.

El trato entre personas y no con trabajadores que parecen robots, que es lo que a menudo nos encontramos en las grandes cadenas, es característico de los verdaderos restaurantes de ahora y siempre.

Las grandes cadenas de comida rápida y barata no siempre son tan baratos

Para empezar, se podría decir que la famosa ventaja del precio no está a favor de estas cadenas de comida rápida. Ni muchísimo menos. En realidad, si te quieres comer una hamburguesa como Dios manda, tienes que estar dispuesto a pagar por ello también en estos sitios, donde las alternativas de hamburguesas premium pueden parecerse más a lo que os ofrecemos nosotros, pero a un coste lógicamente mayor. Por lo tanto, al final, no estás comiendo más barato en estos sitios. Sencillamente, estás comiendo peor.

Aunque te parezca increíble, con una freidora artesanal las patatas acaban sabiendo eso. A patatas fritas. No son esos delgados e insulsos fideos de sucedáneo de patata. Son patatas fritas de verdad.

La calidad de la comida se nota en todo, también en una correcta nutrición, que sea eficaz contra el sobrepeso. Algo que en los restaurantes de toda la vida te podemos ofrecer, porque al final estás comiendo cosas naturales y hechas con calma en una cocina como pueda ser la de tu casa. No en una especie de fábrica donde se recalientan los productos que les envían de otros sitios, ya precocinados y envasados.

El trato humano es otra cosa que nos encanta de los restaurantes de siempre. Profesionales de verdad que están a tu servicio y te ofrecen esa personalidad propia. Y ojo: no queremos hacer de menos a las personas que se toman en serio su trabajo en las grandes cadenas y que se merecen todo nuestro respeto. Pero al final hay una diferencia entre la vocación y la personalidad de unos y otros trabajadores. En la más pura originalidad de un servicio que siempre es diferente con nosotros. Sin normas que otros han podido escribir en cualquier sitio lejano y que son iguales para el universo entero.

Los restaurantes de toda la vida tenemos una personalidad propia, ya como local, que se traspasa a la comida y a la música y a todo. Hacemos lo que nos da la gana y somos como tú. Gente normal, con personalidad propia.

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