El 25 de mayo, Brandon Jackson, un ingeniero de software residente en el condado de Baltimore, Maryland, se encontró con una sorpresa desagradable: su cuenta de Amazon estaba bloqueada. Este bloqueo no solo le impidió recibir paquetes en su casa, sino que también lo dejó sin acceso a sus archivos y datos almacenados en Amazon Web Services, la poderosa plataforma de computación en la nube de la compañía. Además, como entusiasta de la automatización del hogar, ya no podía utilizar Alexa para controlar sus dispositivos inteligentes. Aunque aún podía encender las luces manualmente, sabía que Amazon aún tenía el control remoto sobre ellas.
El motivo detrás del bloqueo de la cuenta de Jackson resultó sorprendente. Un repartidor que había visitado su casa el día anterior afirmó haber escuchado comentarios racistas a través del timbre de video de Jackson. Amazon tomó la decisión de suspender la cuenta de Jackson unilateralmente mientras realizaba una investigación interna.
La acusación de racismo desconcertó a Jackson y su familia, quienes son afroamericanos. Al revisar las imágenes del timbre de video, notaron que no había nadie en casa en el momento de la entrega. Sin entender qué podría haber desencadenado la acusación de racismo, Jackson sospechó que el conductor había malinterpretado la respuesta automática de su timbre: «Disculpe, ¿puedo ayudarlo?»
A pesar de que Jackson envió el video de vigilancia, su cuenta permaneció bloqueada durante seis días antes de ser desbloqueada el 31 de mayo, sin una explicación clara o seguimiento sobre la resolución. Según Amazon, «el cliente no actuó de manera inapropiada». A pesar de que la investigación concluyó, el problema subyacente sigue sin resolverse por completo.
Leyendo esta historia, ya se puede ustedes imaginar al extremo de control al que están llegando grandes corporaciones, como Amazon. Son capaces de bloquear absolutamente todo aun cliente por supuestos comentarios, que a ellos les parezcan racistas, aunque en este caso se tratara de un error teniendo en cuenta que, además, este hombre es negro.
Y no solo eso, ellos suspenden el servicio pero te siguen teniendo absolutamente controlado dentro de tu casa con engendros como Alexa, de los que debería deshacerse todo el mundo. La locura del mundo tecnológico que se está llevando todo por delante, hasta el extremo de llegar a juzgar las opiniones de sus clientes.