El Gobierno está ultimando un Real Decreto que introduce medidas drásticas para reforzar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en ciudades de más de 50.000 habitantes, con planes de extenderlas a municipios de más de 20.000 en el futuro. Entre las novedades más polémicas destaca la propuesta de prohibir circular en vehículos con un solo ocupante en ciertas áreas urbanas, una medida que ha generado muchas críticas por parte de asociaciones de conductores y ciudadanos. Este decreto busca enmendar las lagunas legales que han llevado a la anulación de ZBE en ciudades como Madrid y Barcelona, al tiempo que impone restricciones adicionales que van más allá de las etiquetas medioambientales.
Las Zonas de Bajas Emisiones han enfrentado numerosos desafíos legales y operativos. Ciudades como Madrid y Barcelona han visto sus ZBE anuladas por sentencias judiciales debido a la falta de estudios de impacto económico que justificaran las restricciones impuestas a los conductores. A pesar de que más de 150 municipios españoles deberían tener ZBE activas, muchas no las han implementado o no aplican sanciones. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido que la multa por infringir las normativas de las ZBE asciende a 200 euros, clasificada como una infracción grave.
El nuevo Real Decreto, que está en fase de cierre de alegaciones, busca unificar criterios y establecer un marco legal sólido que obligue a los ayuntamientos a implementar estas zonas con un «régimen sancionador activo». Además, introduce medidas más estrictas para reducir el tráfico y las emisiones.
Una de las medidas más dictatoriales del decreto es la posibilidad de que los ayuntamientos prohíban la circulación de vehículos con un solo ocupante en las ZBE. Esta iniciativa, adelantada meses atrás por el director de la DGT, Pere Navarro, se presenta como una solución para descongestionar las ciudades y reducir las emisiones. Navarro argumentó que es «la única medida válida» para aliviar el tráfico urbano, pero la propuesta ha sido recibida con innumerables críticas.
Asociaciones de conductores han calificado la medida de «discriminatoria», señalando que afecta especialmente a los conductores con menor poder adquisitivo, quienes no pueden permitirse vehículos más nuevos o con mejores etiquetas medioambientales. En Francia, restricciones similares han sido anuladas por tribunales al considerarlas desproporcionadas y perjudiciales para las clases trabajadoras.
El decreto no se limita a la ocupación de los vehículos. Entre las nuevas medidas, se encuentra la posibilidad de restringir el acceso a las ZBE según los sistemas de seguridad de los vehículos. Los ayuntamientos podrían prohibir la entrada a coches que no estén equipados con las últimas tecnologías de seguridad, lo que podría excluir a vehículos más antiguos, incluso si cumplen con las etiquetas medioambientales de la DGT.
Además, el decreto pretende establecer un marco común para las ZBE, eliminando las disparidades entre municipios. Actualmente, las normativas varían significativamente entre ciudades, lo que genera confusión y multas inesperadas para los conductores. Las asociaciones del automóvil han solicitado un ordenamiento unificado, argumentando que es «inasumible» que una acción permitida en una ciudad pueda costar 200 euros de multa en otra.
El Real Decreto, una vez aprobado, obligará a los ayuntamientos a implementar ZBE con sanciones activas, lo que podría aumentar significativamente el número de multas. La extensión de estas zonas a municipios de más de 20.000 habitantes en el futuro ampliará aún más su alcance, afectando a un mayor número de conductores. Además, la combinación de restricciones basadas en la ocupación del vehículo, las etiquetas medioambientales y los sistemas de seguridad podría limitar severamente el uso de automóviles en áreas urbanas, especialmente para aquellos con vehículos más antiguos.
Como podrán comprobar, con la permisividad y pasividad de la mayor parte de los españoles, en España se está imponiendo a marchas forzadas la peor de las dictaduras. Y lo hacen, además, saltándose sus propias leyes, como la Constitución. Sigan mirando como si fueran vacas viendo pasar un tren, sigan…