Por Alfonso de la Vega
“Fabio, las esperanzas cortesanas / Prisiones son do el ambicioso muere/ Y donde al más activo nacen canas.
El que nos las limare o las rompiere/ Ni el nombre de varón ha merecido/ Ni subir al honor que pretendiere
El ánimo plebeyo y abatido,/ Elija, en sus intentos temeroso,/Primero estar suspenso que caído.
Que el corazón entero y generoso/ Al caso adverso inclinará la frente/ Antes que la rodilla al poderoso…”
No cabe pedir peras al olmo de modo que el grupo de colegas del falsario no imitan la famosa Epístola moral a Fabio que Andrés Fernández de Andrada, un capitán pobre, al que España tratase mal, como suele hacer con sus hijos más nobles, bordara en tercetos horacianos. El destinatario del poema entonces no era el valido de Su Majestad filipina sino un corregidor de Méjico, un tal Alonso Tello de Guzmán. Un personaje ávido por pillar cargos en la corte al que nuestro heroico capitán venido a menos invita a la modestia, la ataraxia, y el buen honrado pasar sin perjudicar a terceros. La obra es producto fiel de su tiempo cuando para las personas más lúcidas el abismo del desastre ya empezaba a asomar en el horizonte. Pero aún estaba presente el honor.
El caso es que ahora un grupo de socialistas pata negra ha dirigido una epístola al falsario en su calidad de actual detentador del cargo de secretario general de la banda, en la que critica algunas de las más infames traiciones u otras actuaciones perpetradas y le piden que dimita y nombre una Comisión Gestora encargada de convocar un congreso extraordinario. Curiosamente también se hace referencia al honor, palabra vaciada, considerada una antigualla que se perdió con las nuevas generaciones.
Entre los firmantes más importantes está Paco Vázquez, el bien recordado alcalde de La Coruña y varios ex ministros y altos cargos. En cambio, no se han dignado hacerlo ni Felipe González ni el Guerra, ellos sabrán porqué.
El falsario no parece dispuesto a dimitir salvo que reciba del exterior una oferta que no pueda rechazar, cosa que con tanto desafío a diestro y siniestro no cabe descartar.
Tampoco parece que entre los hoy conjurados existan arrojados próceres con el puñal justiciero bajo la toga senatorial dispuestos a ultimar al césar dictador cualquier idus de marzo del año que viene si Dios quiere.
Por si acaso había dudas, tras recibir el recado epistolar Pedro ha anunciado desafiante que va a presentarse a las votaciones de 2027.
El régimen no tiene de qué preocuparse. En la acera de enfrente del galleguista socialismo azul ni siquiera hay carta ni menos aún disidencia alternativa. Ni discurso, ni ideas salvo lo que exija la agenda 2030. Con las rodillas despellejadas, disimulan y luego hacen y votan lo mismo que el falsario.