Por Isidro García Getino
El poder es un fetiche y ellos gobiernan para el poder; eso es progresismo, justo lo contrario de progreso.
Progresismo es el signo de identidad como partido sanchista: PCS (partido corrupto sanchista). Hace mucho que tiraron a la basura las siglas PSOE, el progresismo no es ni socialista ni obrero ni español. Y el triministro Bolaños lo cita a cada paso, todo lo que hacen es progresista, hasta burlar con una nueva ley a la judicatura él, ministro de justicia, desprestigiando a la justicia; jamás se vió una ley tan progre, ¿verdad Boliños?
Conste que en 7 años de desgobierno han hecho mucho y Sánchez dice que aún les queda mucho por hacer, porque han montado la progresfera ¡Pobre España!
Es cierto que han hecho mucho, pero que mucho daño a la ciudadanía y a España en su totalidad. Aquí voy a citar unos pocos de sus “grandes logros” de los que están muy orgullosos; todos ellos son progresismo, o sea, muy progre: La mentira en política es muy progre, así como el engaño; la «omertá» para ocultar todo es progre; incumplir promesas es progre, y si son sociales, más aún. Asociarse con toda clase de criminales, odiadores, prófugos, malhechores, ladrones y demás ralea es muy progre, y la corrupción, no digamos!
Así mismo, para el PCS es progre desgobernar sin presupuestos, prohibir cuanto se le antoja porque le incomoda, acoger a separatistas que protejan su sillón mientras tratan de destruir España. También es progre montar chiringuitos sin límites a costa del dinero público. El nepotismo elevado al máximo es progre, así como diversas o múltiples acciones mafiosas, son «cosa nostra» progre.
Incumplir, burlar, manosear la Constitución es progre a la máxima potencia; así como estrangular leyes, colonizar instituciones del Estado para reforzar la autocracia del jefazo, y Pumpido que lo diga.
Progre a tope es depender tanto de cuantos partidillos roban y saquean a España que, cuanto más débil, más agobiado, más corrupto, más inútil se encuentra el presi, más pueden esos chupones sacarle, explotarle y desangrar España.
Muy progre es desmontar, perseguir y maltratar a cuerpos de seguridad del Estado, sobre todo cuando éstos le siguen los malos pasos al PCS. Explotar a trabajadores, a empresarios, a autónomos y al pueblo en general es progresismo puro y duro. Someter, o intentarlo, a juristas y a toda institución que limite el poderío del jefe y sus secuaces es progresismo.
El máximo progresismo lo logra el PCS en los ámbitos sociales, desde montar muros para separar, dividir, enfrentar a la sociedad, hasta deteriorar la educación a límites inconcebibles; como engañar y pervertir a niños escolares, incrementar la pobreza infantir para situarla a la cabeza en Europa; promocionar la cultura de la muerte por abajo y por arriba; incrementar sin límites las desigualdades, en lo que el ministerio de igualdad ha tenido un papel relevante, ya que gasta tanto en ministrarse que no le queda nada para igualar. El progresismo en vivienda ha alcanzado las cotas sumas, imposible superarlas; a base de construir viviendas a nivel 0, de promocionar la ocupa, explotar a los caseros, y prometer sin cumplir.
Ya me he cansado y estoy cansando a los lectores. Dejo en el cesto mucho más progresismo del ya citado. Parafraseando a Candela Sande: El progresismo es una rebelión contra la naturaleza humana y contra el sentido común. Cuando Sánchez escupe la palabra democracia, además de agacharme para esquivar, me suena a burla y farsa corrupta. Para él es un disfraz práctico, y tapujo dictatorial.
Señor autócrata, la democracia sólo funciona si hay valores perennes: honradez, deber, palabra de hombre,… Sin ellos democracia es vacío total, es burla y una especie de idolillo burlón,o peor aún, fetiche progre..
No me acostumbro a este gobernar de creencias en desprecio, de valores en rebajas y cachivaches en alza, de cosas caras y personas baratas, de caprichos en promoción y sentimientos en liquidación. Yo entiendo que la esencia del progreso busca el bien común y proteger a los más vulnerables. Por el contrario, el progresismo sanchista busca el bien particular y multiplicar las personas vulnerables; y lo está consiguiendo de forma exponencial. A ver si os enteráis: vuestras comidas y vuestras mordidas son el veneno para muchos españoles.
Antaño en la barbarie y el caos siempre permanecían ciertos valores, aunque fuesen primitivos. Eso no ocurre con los sofistas que nos gobiernan desde el PCS progresista, para ellos sólo valen las ideologías que crean dioses de cada uno de ellos. Aniquilado todo lo esencial, no les queda ni verdad, ni bondad ni más belleza que la de «espejito, espejito …»
Pedro Sánchez ha desechado (o nunca tuvo) la ciencia del ser que sostiene la verdad, el bien, la libertad y la belleza. Él sólo funciona con la ciencia del poder que sostiene la mentira, la corrupción, la dependencia y la autocracia nazista. Es decir, está fuera del ser, está perdido en lo «fake», en la post verdad que es la máxima mentira; y lo llama progresismo que prescinde de la esencia sujeto, persona, ser humano, a quien él trata de anular, ya que sin verdad no hay libertad.
Sr. Sánchez, Vd. es un carente, le falta ese vínculo vivo, dinámico, vibrante y humanizador que sólo se encuentra en lo trascendente (¿sabe lo que es?), lo suyo es todo menos progreso.
Lord Acton dijo:» Todo poder tiende a corromper»; es por lo mismo que Sánchez quiere, busca, roba, agarra, acumula cada día más poder en su camino, su «Tao». Poder, más poder, sólo poder = pobreza, miseria, indigencia, corrupción. Para todo eso no vale pedir perdón con cara compungida, sólo vale eliminarlo todo, o sea, desaparecer del escenario, pero no dos días en Quintos de Mora a ser servido por sirvientes del Estado, sino todo el resto de sus días, retírese a la República Dominicana.
El sanchismo dejará algún día de existir, pero España no. El poder es caduco pero España es perenne.