En el día de ayer nos hemos vuelto a encontrar con un nuevo «aló presidente» de esos que tanto le gustan practicar a Sánc-HEZ. Por si antes no hubiera quedado demasiado claro, por si a alguien le quedara algún tipo de duda, «su persona» ha vuelto a demostrar en esta última intervención pública que el mero hecho de pensar que algún día pueda estar fuera de la Moncloa, simplemente, le aterra.
Si hay algo que nos tiene que quedar claro a todos tras esta intervención es que el tipo está aferrado al sillón cual garrapata. Y también nos tiene que quedar claro que lo hace, no solo por sus ansias de poder, también lo hace por pura supervivencia. Fuera hace demasiado frío y si no controla el aparato del poder es consciente que lo va a pasar muy mal.
Pero también nos tiene que quedar claro que el tipo está muerto de miedo. Las pruebas en su contra están saliendo a borbotones y, a medida que pasen los días, estamos seguros que saldrán muchas más. ¿Y por qué está aterrado? Porque está muy claro que no las controla.
La pasada semana, cuando en la Cadena SER escuchamos esas revelaciones de una de sus colaboradoras en las que contaba, pensando que no estaba en el aire, que la «Chiqui» le había confesado que no tenían ni idea de dónde estaban saliendo todas las grabaciones que dejaban a Sánc-HEZ en evidencia fue demasiado revelador. Hay alguien detrás con mucho poder que ya le ha enseñado a Sánc-HEZ la puerta de salida. Y es muy probable que ese «alguien» sea exactamente el mismo que le colocó ahí.
Además, y por si no hubiera quedado demasiado claro, ayer Sánc-HEZ lo mencionó con aquello de los «lobbies oscuros».
Con esta revelación nos ha quedado ya más claro, todavía, lo que muchos pensamos desde hace mucho tiempo. Al presidente del gobierno de España no le elige el pueblo depositando unos papeles en unas urnas. Simplemente, es un delegado de esos «lobbies oscuros» que son los que realmente controlan al país. Los que controlan a Sánc-HEZ son unos y los que controlan a Feijóo son otros, o incluso pudieran ser los mismos que los del socialista.
Tantas visitas de Soros a la Moncloa, tantas palmadas en la espalda de Gates, y el dinero desviado de todos los españoles así lo demuestra.
Ahora Sánc-HEZ quiere ir por libre porque, probablemente, ya le hayan dicho que su tiempo ha acabado, que ya sobra. Y él no se quiere ir. Tiene miedo, es evidente.
Nos esperan días, semanas, quizás meses de muchas revelaciones, de muchos más audios que irán saliendo para acorralar a Sánc-HEZ. Cojan sus palomitas y prepárense para los arrebatos que le puedan dar a esta bestia herida porque ahora va a ser mucho más peligrosa.