Por Juana Natividad Baqué de Cubas
Mantener al público ocupado, muy ocupado, tan ocupado que no tenga tiempo para pensar…Mantener a las masas convenientemente sujetas al sistema y así poder seguir en la granja y si alguno se extravía de vuelta a la granja junto con los demás.
De ello ya se encargan los mismos que conviven con el engaño, en su satisfacción de ser «Buenos ciudadanos» o su sinónimo “Buenos mancipiums”
Bien, esto es así, el proceso es sencillo pero altamente eficaz. La realidad es distorsionada de forma que los sucesos que nos imponen experimentar, tienen como objetivo la anulación del sentido propio, en principio.
La manipulación de los conductores del sistema establecido que ejercen su dominio sobre las masas, no solo inciden en cuanto al proceso de lavar el cerebro, para luego modificar a conveniencia su encaje de bolillos..
También influyen de manera impactante y muy efectiva sobre la integridad del individuo alterando su sistema sensorial.
Me explico. Estos conductores, que conocen bien su oficio, controlan perfectamente las experiencias sensoriales que manejan con precisión matemática a las masas o comunidades previamente adaptadas a unos patrones conductuales.
Su objetivo es conseguir la respuesta que precisan de los mancipiums, disculpen si acierto, quise decir ciudadanos (viene a ser lo mismo), incorporando su sistema de control en las sociedades en las que deambulan.
Por supuesto, dicha estrategia no se hace de un día para otro, va por etapas evolutivas, se precisa de tiempo y espacio para poder incorporar trastornos propioceptivos y vestibulares que incapaciten la coordinación sensorial cerebro-cuerpo.
Rompiendo su armonía y su equilibrio, se asegura un comportamiento automatizado e impropio, innatural de los sujetos adscritos a la fuerza a su sistema establecido.
Consideren que cuanto más grande es la confusión, mayores beneficios les reportan…así que crean problemas para inmediatamente después ofrecer ellos las soluciones. Información, desinformación, re-información. Resultado, el pueblo bajo demanda.
Todo está relacionado, cuerpo-mente-cerebro, sabemos que mediante ciertas frecuencias electromagnéticas, se puede controlar ciertas áreas del cerebro, incluso alterando sus pensamientos y sentimientos, ya de poco sirven los filtros naturales que disponemos a tales efectos, siendo inoperantes para la gran mayoría de mancipiums, (Disculpen este latinajo, define perfectamente la civilización contemporánea). dichos ciudada…disculpen “mancipiums” son presa fácil del miedo, la ansiedad, auto-victimización, culpabilidad etc. En definitiva un estado caótico y disfuncional de la inteligencia corporal humana cuyos efectos incapacitan al individuo en cuanto a su operatividad funcional. Sujetos inútiles e ineficientes prestos a consumir todo aquello que les administra el sistema. De este modo son más fáciles de persuadir y para ello tienen bajo su influencia malsana los nomenclátores audiovisuales con sus voceros instruidos en estas lides, clavando la puntilla para rematar la faena.
Estamos ante una trama o si se prefiere una conjura urdida por élites malignas que sin empatía alguna se afanan en su propósito de destruir la humanidad. Un complot de destrucción y muerte estratégicamente elaborado para aplicar lo que es ya su «Solución final». la cual viene con fecha de consumo preferente Agenda 20/30. El proceso tiene fecha de caducidad y no pueden de ningún modo dilatarlo por más tiempo, ya que están al descubierto.
Saben bien que los efectos de los narcóticos sociales son un arma de doble filo, a lo mismo que mantienen a las masas bajo su efecto se va dilatando por el tiempo, siendo cada vez preciso emplear narcóticos más potentes, como también son conscientes de que una vez el cerebro ya no obedece a sus efectos, se produce un vacío existencial, incontrolado e incierto que escapa a su control y ni eso pueden consentir.
Para contrarrestar ese presunto “despertar” de las masas, tienen previsto mecanismos de violencia controlada. Si esto falla, tienen en sus manos armas de destrucción masiva como último recurso. Lo curioso de todo esto, es que utilizan al mismo pueblo, como ejecutores de sus maniobras orquestales en la oscuridad.
Los ejércitos, fuerzas de seguridad, organizaciones paramilitares, mercenarios etc. Todos son hijos del pueblo, sus propias familias lo son. Y si esto no fuera suficiente como apunté anteriormente las élites los controlan y tienen en su poder las armas definitivas. Lo tienen todo muy bien atado con nudos gordianos o eso al menos, es lo que parece.
Dicho esto. ¿Qué podemos hacer para neutralizar el agendario globalista?.
Nada que provenga del sistema establecido parece ser útil para tal cuestión…Pero,
¿Es así?. ¿Y si nada de lo expuesto es lo qué parece?. Tomemos como referencia ya que estamos bajo el yugo de la mecánica newtoniana una de sus premisas. La tercera ley newtoniana de que a toda acción le corresponde una reacción igual y contraria.
De un tiempo a esta parte he podido constatar un avance significativo de individuos descontentos y críticos con la situación actual. Sujetos que a sí mismos se denominan “Despiertos”. ¿Realmente lo están?.¿Darse cuenta de una situación y ser crítico con ella es suficiente?. ¿Ya estamos despiertos?.
Estar bajo la tiranía de la razón proporcionada por el sistema es a mi entender contradictorio, paradójico e innatural. Palabras contra palabras que se muestran como único bagaje de un presunto “despertar” que tiene los días contados.
Pueden rezar, pedir a deidades, llorar, patalear o cualquier cosa que se les ocurra, es simplemente un autoengaño, placebos que creen les sirve para sobrellevar sus vidas. Ni siquiera consideran que otros seres humanos padecen mil veces sus penurias sin siquiera quejarse porque ni eso pueden. ¿Acaso nos importa que millones de seres humanos están muriendo literalmente de hambre?. ¿Nos importa que millones de seres humanos entre ellos niños, madres y padres no tengan siquiera una esperanza de que nosotros los que tanto nos quejamos y pataleamos con todos nuestros avances, gulas y privilegios les tendamos la mano?. No. Sinceramente. No nos importa. Mientras, seguimos ciegosordos a todo ello.
Si estuviéramos “realmente despiertos”, nuestros sentidos serían pura sensibilidad, no podríamos soportar tanto dolor y sufrimiento. Si somos ajeno a todo esto, es porque tenemos dormidos nuestros sentidos, los sentidos mermaron conforme el ser humano civilizado dejó en manos ajenas su responsabilidad para consigo mismo, es decir, funcionan en base a nuestro propio ombligo cuando seguimos aferrados a nuestro egocentrismo.
En la medida en que seamos más receptivos al dolor y sufrimiento de nuestros semejantes, especialmente con quienes por nuestra ignorancia e insensatez están muriendo literalmente de hambre y son explotados para que nuestro tan cacareado primer mundo siga funcionando es un claro síntoma de estar despierto. Concluyendo, darse cuenta no es despertar pero, puede ser la chispa que prendió la mecha en cada individuo independientemente de su rol social.
No habrá paz ni esperanza para el corazón de la humanidad mientras no se comprenda que no somos más importantes que otros seres humanos que son literalmente asesinados a merced de nuestra ceguera y egocentrismo civilizador. O lo que sea que entiendan por civilizado, por qué denominarse civilizado sabiendo que todo esto ocurre nos hace responsables de ello. Sean conscientes pues, que nuestro estilo de vida es posible gracias a la explotación y genocidio de otros seres humanos. Con estas perspectivas vivenciales…¿Despertar?. Íntimamente saben que no.