Verano. Buen tiempo. Calorcito. Mar en calma y lo que sucede siempre en estos casos: cientos de pateras dirigiéndose a España. Y este ano va a ser aún peor, todavía: tengan en cuenta que la farsa electoral le ha salido bien al globalismo y tendremos a uno de sus títeres para rato en un país en el que, a la gente parece darle igual de todo.
De esta forma, la invasión de España no solo continúa, sino que va en aumento. Hay que aterrar a la población para que todos pidamos más seguridad, más policías en las calles, más cámaras de control en cada esquina. Y la mejor forma de conseguir que todos pidamos ser más controlados es meternos miedo importando más delincuencia.
Ahora vamos a darnos cuenta de algo. Toda esta invasión no es casual. No se produce porque nuestros gobernantes sean unos inútiles, o algo parecido. Todo lo contrario, están cumpliendo órdenes, están ejecutando una agenda que tiene unos claros objetivos marcados. No es cuestión de buenismo, de generosidad o de pena.
Ahora dígannos, ¿dónde están los niños? ¿Y los ancianos y las mujeres? ¿Dónde están esas personas demacradas, con problemas de alimentación o de salud? Al final, las consecuencias las sufriremos todos. Incluidos esos despistados buenistas que apelan a la generosidad, siempre que se metan en casa de otros.
Sin desmentir lo dicho en este artículo les recuerdo que el fascismo globalista necesita una Tercera Guerra para su Dictadura 2030, una guerra que, como las dos anteriores, fue planificada en el s XIX por los Illuminati. Sugiero a los interesados una lectura reflexiva de la Carta de Albert Pike a Giaccomo Mazzini:
https://www.diariovasco.com/sociedad/201603/10/misteriosa-carta-premonitoria-1871-20160310144136.html