Por Alfonso de la Vega
“Dijo la Zorra al Busto,
Después de olerlo:
tu cabeza es hermosa,
Pero sin seso.
Como éste hay muchos,
Que aunque parecen hombres,
Sólo son bustos.”
(Félix Samaniego, Fábula VII)
El retrato de Sus Majestades puestas de limpio, tras el humillante incidente en Paiporta en el que la reina llegó a llorar de pura soberbia mortificada, me ha recordado la sugestiva fábula de Félix Samaniego titulada La zorra y el busto. Doña Leticia lucía muy propia encantada de haberse conocido y don Felipe muy hierático, impasible el ademán. Un retrato psicológico como los que acostumbraba a pintar un valiente Goya, así el del siniestro Carlos IV y demás familia.
En estos tiempos de vacas gordas y gotas frías la verdad es que ciento treinta y seis mil euros por una foto partida por la mitad no son nada y los retratados bien merecen este pequeño dispendio o sacrificio del erario.
Pero no a todo el mundo le ha parecido igual de bien y en las malvadas redes sociales que nuestro benéfico régimen quiere exterminar pronto han aparecido los memes o gracietas sobre tan egregias personalidades retratadas. Así una, especialmente divertida y adecuada a la ocasión en la que la puerta del salón palaciego se abre y Sus Majestades salen de naja huyendo del fango sin decoro ni mayores protocolos.
La foto dividida en dos mitades muestra a doña Leticia bien iluminada mientras su augusto esposo casi permanece atrapado por la sombra, recibiendo solo parte de la luz que deja pasar hacía él su consorte. La imagen partida también parece premonitoria de lo que dicen pueda pasar una vez que el emérito exiliado entregue su alma a Dios y se reparta la monumental herencia entre sus derechohabientes incluida la expectante consorte.
Siempre me ha maravillado la capacidad lúcida y profética de los grandes artistas. Sus intentos de eludir la censura para explicar las cosas. Así las metáforas, los acrósticos, retruécanos, quiasmos o calambures. Por ejemplo, un siempre de actualidad satírico Quevedo con su famoso “Entre este clavel y esta rosa Su Majestad es-coja”. Con cojera que obliga a posición sedente o no según convenga, Samaniego quita de sus fábulas el tono ingenuo con que escribía Esopo a las suyas y las llena de críticas veladas pero implacables contra personajes relevantes, hábitos sociales y actitudes políticas de escasa integridad. Vistos sus muchos pecados didáctico- literarios al final no hubo remedio y el pobre Samaniego tuvo que pasar un tiempo recluido penitente en un convento.
Don Felipe visitó el jueves pasado La Coruña para acudir a un sarao usurero empresarial de directivos, directivas y directives y endiñó al sufrido público en parte formado por alabanciosos agradaores uno de sus heroicos estupefacientes sermones en los que se digna explicar a sus víctimas cómo acaba de descubrir la pólvora. Allí estaba aguantando estoica buena parte de lo más granado de la oligarquía ibérica que disimula en festejos y saraos mientras el engordado Titanic se hunde tras chocar con el traicionero falsario y su banda. Allí todos muy tiesos y modositos haciendo bulto y méritos ¡Mira que si la puerta del impoluto salón donde se creen tan a salvo lejos de las justa indignación del enfangado populacho se abre y la riada se lleva por delante a todos, todas y todes!
Pero no hay que alarmarse. No pasarán. Esta vez tocaba lo de la Inteligencia Artificial. Don Felipe sueña con ella como un ilusionado Chaplin con el famoso globo terráqueo en El gran dictador: ¡Bienvenida sea la inteligencia, aunque no sea natural sino mediante artificiales implantes! O bien dentro de oportuno accesorio periférico de quita y pon como si fuese un Toisón de oro o una Cruz de San Hermenegildo a colocar y disfrutar para presumir en actos oficiales.
En Japón fabrican robots muy bien rematados e inteligentes capaces de dar el pego y brindar igual servicio. La competencia es la competencia como ilustraba el real orador muy elocuente y puesto en razón a su sufrido público.
La foto de marras, aparte de un robo a las arcas del estado,es muy siniestra,sobre todo la del satánico masón Felipon sexto,es oscura y la artista leibobitz le impregna de oscuridad y decadencia como buen retratista que se precie…la de la Leticia es más luminosa pero también muy decadente…
Annie leibobitz se lo llevó calentito pero ojo con las dos fotitos,muy significativas del tipo de personas que hay en la elites de Españistan,oscuras y muuuuy siniestras