Un hombre grabó a dos agentes federales estadounidenses cuando lo confrontaron por publicaciones en redes sociales, lo que resultó en que los agentes fueran avergonzados públicamente por cuestionar su ejercicio de la libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda.
En el video, Jeremy Kauffman, usuario de X, registró el momento en que los agentes, vestidos de civil, llegaron a su casa y le pidieron que no los filmara. Kauffman, sin ceder, exigió conocer sus nombres y dejó claro que publicaría el video de la interacción en línea. Los oficiales querían hablarle sobre una publicación específica, aunque no está claro cuál fue el contenido que provocó su visita.
Kauffman, desafiante, criticó el uso ineficiente del dinero de los contribuyentes, sugiriendo que los salarios de los agentes superaban los $100.000 anuales. Afirmó que su investigación era un malgasto de recursos, ya que no se había cometido ninguna infracción legal. A pesar de sus repetidas solicitudes de que dejara de grabar, los agentes, visiblemente incómodos, finalmente se marcharon mientras Kauffman los reprendía, diciéndoles que reflexionaran sobre sus acciones.
El video ha sido elogiado por mostrar cómo los ciudadanos pueden defender sus derechos frente a las autoridades, especialmente en casos que podrían parecer intimidatorios o como posibles trampas.
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El recibimiento ha sido épico. Esos dos esbirros se han ido por donde han vuelto porque la cámara y las mismas redes sociales muestran lo que realmente ha sucedido evitando que los agentes declaren lo que les dé la gana.
Pero llamadme raro, pues aunque ganas no falten de mandarlos a donde ya sabemos y usar el calificativo que les corresponde a esos dos, el vecino no ha debido dirigirse a los agentes como lo ha hecho cuando éstos ya se marchaban, mas que nada porque a toda autoridad se le debe cierto respeto y hay que tener la elegancia de mandarlos a freír espárragos sin darles la oportunidad de , ¿cómo se dice ahora?, ah si, «victimizarse».