sábado, noviembre 23, 2024
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Balada triste de prensa

Por Ana Tidae

Déjà vu. Cuando el partido VOX empezó a colarse por las grietas en el dique de contención del contubernio político-mediático,  ese ente híbrido se esforzó en “analizar” el hito mientras seguía echando ¡más madera! a la caldera de la oxidada locomotora izquierda/derecha “moderadas” que tira de su tren de vida. Intentando repartir por igual su estopa denigrante y estigmatizante entre electores y elegidos. Los que ya éramos conscientes de que la prensa de masas es  una máquina de pastorear, de sembrar miedos, complejos y manías mientras oculta cosas graves “para no crear alarma social” (véase el cinismo) o incluso les da la vuelta (el amor es la guerra) , la película la contemplamos palomitas en mano. Llegué incluso a la conclusión de que la prensa sistémica cobraba extras por cada vez que añadiese la palabra “ultra” o “extremo” al partido verde, ya que la reiteración forzosa de las palabras no parecía tanto una limitación estilística en el lenguaje periodístico como una venta al peso, pues hay softwares que miden estas cosas y permiten facturar.

El espectáculo de la prensa e intelectualidad sistémica teorizando a palos de ciego y cliché vetusto sobre la naturaleza de la heterogénea masa votante de VOX fue un esperpento, y sus intentos denodados por volver a meter al democrático pájaro en la jaula, entre hilarantes y nauseabundos. Recordemos aquel hecho tal vez delictivo pero impune de la Sexta yendo a poner cara y apellidos al habitante de Marinaleda que había metido un sobre para Abascal en la urna, o la exhibición como en un freak show del famoso obrero del pladur.

Equivalente espectáculo estamos viendo de reojo (a la prensa sistémica cuesta mucho mirarla de frente, como a la Medusa, pero los recortes se difunden) con el “análisis” de los votos de SALF.  Resulta difícil decidir si hay más patetismo en las conclusiones ortopédicas de los boomers ,  en las teorías obtusas de la necia generación tapón, a la cual pertenezco sólo cronológicamente, o en la de los anodinos millenial sistémicos. Estos prodigios intelectuales han llegado a la conclusión de que el voto a Alvise germina en las redes sociales. Llegan a señalar que es la primera vez que pasa, demostrando así que durante estos últimos lustros no han hecho otra cosa que dormir y cobrar. El primer partido que cuajó gracias a las RRSS, previa inversión en granjas de trolls y activistas digitales, fue Podemos. El siguiente VOX, que se dedicó a recoger frutos y bayas maduros por las redes, y que luego se ha apoltronado en la comodidad del mundo virtual. El proceso sigue, de momento, con SALF , entre cuyos adeptos ya no quedan televidentes ni apenas radiooyentes, al que seguirá probablemente Frente Obrero en cuestión de tiempo. 

Y si no quedan casi televidentes ni radiooyentes ni prensaleyentes entre la acumulación ardillera y otros sectores de la mayoría silenciosa, es porque a lo largo de estos años el cavado de la propia tumba de la prensa tradicional ha funcionado a ritmo frenético, alcanzando el paroxismo con su criminal papel ejecutor de la plandemia y otros frentes agendistas. Tampoco quedan porque nos encontramos con las primeras generaciones que se criaron sin televisión, sin los culebrones y sálvames que desplazaron a la programación infantil didáctica para asegurar el embrutecimiento de la masa y el afianzamiento del numeroso voto marujo.  Nunca han visto tele y nunca la verán, o tal vez la apagaron para siempre hace cuatro años,  y en muchos casos, diez o veinte.

 Leo a un “experto” explicando que la fuerza de las redes es que “los bulos” nos ponen cachondos y nos hacen adictos. A otro, dueño tufomasón de un periódico local aragonés que permitió que el campo de comentarios fuese colonizado por los activistas del prusés del “desafío soberanista” mientras censuraba a otros, que el problema es que las redes están controladas por China y Rusia. ¡Pero cómo no nos vamos a reír de esta gente! Personalmente aún estoy esperando mi cheque en riales iraníes que según del Pino, el sujeto que se especializó en libelos víricos contra la infancia española a la que quería desescolarizada, confinada  y traumatizada sine die,  era la fuerza económica que estaba detrás de los “negacionistas”. ¿Será que no conciben que uno pueda tener y difundir opinión de forma libre, honrada y gratuita? 

Hace unos pocos años murió una periodista sistémica. No  recuerdo cual, sólo recuerdo que era una de esas muy sesgadas. Una joven tuiteó a su memoria algo así como “ (…) tú me has enseñado todo lo que sé sobre Periodismo”.  Reflexioné sobre en qué momento el periodismo pasó de ser una profesión más o menos normal con gente de todo tipo, a convertirse ontológicamente en la máquina de manipular y sabotear el libre flujo de información , opinión, y pensamiento. Tal vez las viejas facultades y escuelas empezasen en un tiempo lejano a ser infiltradas progresivamente por estratégicos mocking birds, y el proceso ha concluido con que en las universidades eclosionan directamente huevos de los que surgen polluelos que devoran ansiosamente las papillas kissingerianas, y salen como mocking pollos clonados. El espectáculo de violentos e histéricos escraches en las facultades de periodismo, si bien sabemos que son reforzados con lumpen externo, invita a pensar que ya nunca nada bueno saldrá de esas fábricas enfermas. Un periodista normal y vocacional debería sentir curiosidad insaciable por todo tipo de opiniones y puntos de vista, pero estos pollos ya nacen programados  para destruir “al enemigo” y poner “cordones” , vetos, ruidos, silencios  y mordazas, y cuanto más lo hacen así más subvención consiguen. Es como si un futbolista entrenara especializándose en dar patadas, hacer entradas duras, hacer piscinazos, y además consiguiese la Bota de Oro. 

Una gran parte de los periodistas están sumidos en una crisis existencial. La mayoría, con escasa autocrítica, culpan a la existencia de las redes sociales, como la envejecida, multioperada y mediocre actriz de Hollywood culpa al machismo de que la joven actriz talentosa se lleve los mejores papeles. Unas pocas honrosas excepciones están esforzándose en adaptarse a los tiempos y formatos manteniendo la dignidad, la ética y la verdadera esencia y finalidad de la información, pero  deben luchar contra la maquinaria infernal  que los quiere fuera, y que se sirve precisamente de sus “colegas de profesión” para la purga perpetua.

En las redes puede haber tantos bulos como los que nos haya estado lanzando la prensa oficialista durante toda nuestra vida. Pero ellos, los “profesionales”, reclaman bula para sus bulos, como el videojuego con el que Antena 3 nos ilustró los primeros ataques de Putin, o los hospitales con letreros en chino para enseñarnos el supuesto colapso de los hospitales de Madrid, por poner un par de ejemplos entre decenas de miles. 

En las redes hay debate real. En las entrevistas que los influencers se hacen entre ellos hay un sagrado respeto al turno de palabra, que permite escuchar y con ello pensar calmadamente (las interrupciones constantes de los entrevistadores “profesionales” están ideadas en laboratorios de control mental y disrupción del pensamiento),  así como una batería de preguntas que a la gente le interesan de verdad, como en el viejo periodismo. En las redes uno se puede encontrar opiniones  genuinas y libres. Interminables cantidades de humor genial anónimo,  sin el ‘certificado Wyoming’ de conveniencia. Datos y testimonios que prescinden de la “verificación” de Maldita y Newtral, empezando por la arrancada de careta de estas terminales del Engaño. Puede reencontrarse con las esencias humanas, y toparse con los rompedores del trance, en expresión de Iñaki Piñuel y Mattias Desmet, ese escaso 15% de mentes indomables que imposibilitan el control mental absoluto de las masas, a los que por nada del mundo permitirían en un plató de televisión salvo para hacerles estudiadas encerronas. En las redes libres es donde se ha destruido la dictadura de lo políticamente correcto, que era la trampa mental paralizante que la prensa “profesional” se encargó de colocar en la sociedad. En las redes libres las palabras recuperan su significado esencial y dejan de ser programación neurolingüística. Las redes salvan in extremis conceptos y hechos condenados a la hoguera orwelliana. En las redes libres es donde las personas pueden hablar sobre lo que les alarma de verdad, y no lo que con falsos pretextos paternalistas seleccionan los “profesionales”, o lo que imponen los siniestros agendistas. En las redes y en la calle es donde resiste el ser humano con sus sentimientos reales y sus ideas reales, y no la mente colmena alienada que los “profesionales” han estado modelando sin descanso durante décadas. Esta es la principal guerra que se está librando en este momento, y los dueños de la big tech, que lo son también de los medios de manipulación de masas y de los desgobiernos, van a arreciar en una ofensiva brutal para callar a los libreopinadores y libreinformadores que se manifiestan por el mundo digital y mantienen el pulso vivo.

El brillante Vernon Coleman termina todos sus vídeos con la frase: más y más personas están despertando cada día, y una vez que despiertan, nunca volverán a dormir

Un nuevo mundo va a resurgir. El tiempo pasará y se llevará a los boomers y los tapón, y a los pollos kissingerianos, mientras buscan ventiladores rusos, chinos y de “extrema derecha”, ignorantes del viento eterno, y se llevará a la prensa sistémica lamiéndose sus heridas en su balada (coro de balidos) triste de extinción.

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5 COMENTARIOS

  1. Algunos despiertan como Don Quijote…poco antes de morir.

    Mientras tanto,el PSOE que ya ocupa todas las instituciones habla de democracia y centra sus palabras en criticar el pasado del PP,y en el ‘y yo mas’,más corrupto más injusto,más tirano.

    En vez de dar ejemplo y hacer lo contrario de lo que critican al PP.
    Y así viven muy bien, tienen buenos sueldos,sus pactos son buenos y los de los demás son ultra esto y ultra aquello.

    A su vez Sánchez ayuda a los secesionistas cuya finalidad es romper España en pedazos,nadie entiende de donde procede tanto odio hacia su Nación,cuando vive a cuerpo de Rey,viaja en aviones caros,tiene vacaciones de lujo,y dinero español (deberíamos decir dinero ultra?),para repartir a diestro…y siniestro.

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