viernes, noviembre 22, 2024
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En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un NO rotundo a la ideología de género con sus esperpénticos flecos

Que el día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se haya convertido en un ritual esperpéntico en las calles, es un hecho propio de unos tiempos en los que los valores se han ido difuminando por la pérdida de empatía social y el adoctrinamiento político. No es nada agradable, en un día como hoy, ver a mujeres vociferando y exhibiendo pancartas de mal gusto, increpando y acusando a los hombres y al resto de mujeres que no nos sometemos a la manipulación sistemática, y defendemos a los hombres tal y como son por naturaleza.

Quiero decir basta de engaños aderezados con eufemismos ad hoc, que hemos ido incorporando, gracias a la sacratísima ONU, una de las entidades más corruptas del mundo, lo mismo que sus organismos internacionales. Quiero decir basta a la manipulación de las palabras, a la ingeniería verbal y a los eufemismos. El género no tiene nada que ver con la igualdad; es lo contrario: desigualdad y discriminación del hombre. Ya está bien de dar la matraca con esto del género, que a todo el mundo atraganta, pero que nadie vomita ni escupe. Basta ya de normas de comportamiento por parte de personajes cavernícolas que deben aprender a ser civilizados.

Los hombres y las mujeres que gozamos de cierto equilibrio estamos hartos de las ideas desquiciadas de un grupo de locas que lograron imponer sus ocurrencias  contranatura en los foros universitarios corruptos de mediados del siglo pasado, entre ellas, Margaret Sanger, Margaret Mead y Simone de Beauvoir;  y locos como Clarence Gamble o Alfred Kinsey, todos con comportamientos sexuales aberrantes. Estos irrumpieron con fuerza a raíz de mayo del 68, de la mano de Germaine Greer, Kate Millet y Shulamit Firestone, para, entre otros fines, crear un mundo nuevo con la mujer como protagonista única, y dar sentido a una izquierda que ya no tenía nada que reivindicar, una vez superada la lucha de clases. ¡Y de aquellos polvos vienen estos lodos!

Hoy, aparte de tener un recuerdo especial para las mujeres que fallecieron, en marzo de 1911, en la empresa de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York –origen de esta celebración—, y un sentimiento de solidaridad con las mujeres que sufren opresión en los países africanos y asiáticos, no estaría de más una pequeña reflexión sobre lo que significa ser mujer liberada.

Ser mujer liberada no es mantener una lucha encarnizada con los hombres, ni llamarles maltratadores y querer castrarlos, ni ponerles denuncias falsas porque sabemos que, en virtud de una ley injusta, llevamos las de ganar, ni abortar, ni ser infiel, ni cambiar de pareja de manera compulsiva, ni organizar “chochocharlas” y, mucho menos, creer que eso es empoderamiento. Esto es otra perversión del lenguaje. 

Las mujeres de los países desarrollados hemos ido adquiriendo derechos fundamentales. Aún quedan África y Asia, donde la dignidad de la vida carece de valor. Y al lado de un hombre oprimido siempre hay una mujer doblemente oprimida. Desafortunadamente, en los países desarrollados la emancipación de la mujer y sus derechos han sido contaminados con estas ideologías que tienen poco que ver con el avance social.

No quiero dejar pasar este día de la mujer trabajadora sin dar una pincelada sobre el falso derecho a decidir la eliminación de los hijos concebidos. A cualquiera con un mínimo de empatía tendría que parecerle un despropósito. Pero es un hecho que la sociedad está perdiendo la capacidad de sensibilizarse ante los asuntos profundos y trascendentes, a la vez que se hace más sensiblera, emocionable y llorona ante asuntos triviales y mundanos.

¡Mujer!, abortar no es progresista, sino algo propio de sociedades atrasadas y etapas de barbarie que deberíamos haber superado; y no es ningún avance, sino un acto involutivo de consecuencias muy negativas.

Magdalena del Amo
Periodista, psicóloga, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.
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3 COMENTARIOS

  1. De la mujer trabajadora?,pues trabaja,trabaja a ver si te puedes comprar veinte pisos como la Gómez!.

    No será el día de la mujer falsa y choriza?.

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