¿Aquí huele a muerto? Este podría ser el titulo al que deberíamos recurrir tras escuchar unas sorprendentes declaraciones de Susana Grisso sobre Pedro Sánchez. ¿Aquí huele a muerto y por eso me atrevo a hablar así hasta que llegue el próximo al que le rinda la misma pleitesía que he rendido a Sánchez, como parte del sistema que somos, hemos sido y seremos?
Y es que no nos digan que no son sorprendentes unas declaraciones de este tipo en una mujer que, hasta ahora, ha vivido alabando continuamente al amado líder. Baste recordar, simplemente, cómo posaba a las puertas de Moncloa cuando el ahora criticado «amado líder» la recibía para concederle una entrevista en exclusiva.
Pero Grisso, en estas declaraciones dice algo con lo que estamos completamente de acuerdo: «lo que me da rabia de los cambios de opinión es que Pedro Sánchez se piensa que la gente no tiene memoria». Efectivamente, Grisso tiene razón al decir esto, pero como tanto ella como Pedro Sánchez son una parte de un ente mayor, el sistema al que tienen que retroalimentar en función a las posiciones que ocupa cada uno, parece no darse cuenta que, con lo que hace ella misma, sucede lo que con Sánchez.
Y no habría que irse tampoco demasiado lejos en el tiempo para mostrar los motivos por lo que lo estamos diciendo. En Marzo de 2020, concretamente el 8 de marzo, Grisso nos contaba a todos que había que olvidarse de bichos inexistentes y acudir a las manifestaciones feministas que se celebraban en toda España.
Poco después, esa misma Grisso que hablaba de esta forma, nos decía a todos, junto a otros vendidos, aquello de «hay que vacunarse». ¿Lo recuerdan?
Evidentemente, con respecto a Sánchez, con lo que dice ahora, tiene razón. Pero ella no tiene ningún tipo de superioridad moral para criticar a Sánchez por algo que ella también hace, como parte importante del sistema que es.
Sin ella, sin gente como ella, Sánchez, y los que son como él, no habrían llegado a nada. Si tuvieran un mínimo de independencia y decencia, sencillamente, no habrían participado, como han hecho, de esta dictadura absoluta en la que ahora estamos viviendo.
Y qué decir de los envenenamientos masivos: ella, y gente como ella, han sido los brazos armados que el sistema ha utilizado para convencer y llevar a la gente a su propia destrucción.
Lecciones de moralidad, de principios, de valores y de palabra se le pueden dar a Sánchez continuamente, pero no es Grisso la persona más adecuada para hacerlo.