A pesar de que la llamada cultura woke pretende imponerse con fuego en nuestros cerebros, a través de políticos, medios de comunicación y grandes corporaciones, parece que mucha gente les ha visto el plumero y está dando la espalda por completo a todo lo que tenga que ver con el «wokismo».
Una de esas grandes empresas que intentan promocionar el «wokismo» por todo el mundo es la de la marca deportiva Nike. De hecho, Mark Parker, CEO de la compañía, se llegó a disculpar públicamente, en el año 2018, por «la «cultura masculina» de la empresa».
De hecho, el punto más ridículo de esa promoción agendista llegó en abril de 2023 cuando la empresa contrató a un influencer trans, en este caso hombre que se siente mujer llamado Dylan Mulvaney, para que promocionara sus productos a través de su cuenta de Instagram El acuerdo era de 150.000 dólares por cada publicación que hiciera relacionada con productos Nike.
Esta es una de las publicaciones que Mulvaney tiene en su Instagram.
Y ha estado promocionando los productos de Nike con vídeos como este:
Pues bien, parece que decisiones como estas están costando muy caras a la compañía porque, según publicaban varios medios el pasado 16 de febrero, el gigante estadounidense ha anunciado el despido del 2% de toda su plantilla a nivel mundial para ahorrarse unos 1.800 millones de euros.
Esta decisión ha sido justificada en Bloomberg «por una perspectiva de ventas más débil y una competencia cada vez mayor».
Puede que buena parte de la culpa de esa débil perspectiva de ventas que tiene la compañía la tengan decisiones como estas. Y es que la gran pregunta que habría que hacerse sería: ¿no hay hombres influencers para promocionar productos de hombres y mujeres para hacerlo con los de mujeres? Suponemos que habrá muchas mujeres que no les haga demasiada gracia que sea un hombre quien promocione productos que van dirigidos a ellas y la «debilidad» de las ventas de Nike se puede deber a eso.
Get woke, go broke.
Pero ojo, que lo saben. Se están cargando las «grandes» marcas a propósito, ya que cometen este «error» una y otra y otra vez (Gillette, Disney, Bud Light, Marvel, Victoria’s Secret…).
Las «grandes» marcas suponen también una legión de «poderosos» con los que no están dispuestos a compartir los tronos del Olimpo Infernal.