El sector de los vehículos eléctricos se enfrenta a un nuevo desafío que no se relaciona con el precio de adquisición, la falta de ayudas directas o las deficiencias en la infraestructura de recarga. En esta ocasión, el foco se centra en la reticencia de los gruistas, los profesionales encargados de brindar asistencia en carretera, hacia los vehículos eléctricos. De hecho, algunos gruistas han señalado que, de persistir las condiciones actuales, podrían abstenerse de prestar servicios a automóviles eléctricos en situaciones de avería o accidente.
Las declaraciones fueron realizadas por Xavier Martí, portavoz de la Alianza Nacional de Auxilio en Carretera, una organización que engloba a la mayoría de asociaciones territoriales de empresas de asistencia en carretera, en una entrevista con EL ESPAÑOL. Según Martí, el principal obstáculo radica en la manipulación de un vehículo eléctrico, especialmente en lo relacionado con la batería de alto voltaje que transporta varios cientos de voltios. Este portavoz sostiene que la formación específica necesaria para lidiar con estos vehículos no se está impartiendo de manera generalizada, ya que muchas empresas no pueden invertir tiempo y dinero en ella debido a las restricciones presupuestarias impuestas por las aseguradoras.
Lo más preocupante es que, según advierte la asociación, algunas empresas de auxilio en carretera ya están rechazando asistir a vehículos eléctricos. Martí explica que esto se debe a la falta de rentabilidad en la asistencia a estos automóviles y destaca que existe un riesgo adicional en situaciones de accidente, como cortocircuitos o incluso explosiones de las baterías.
En relación con la complejidad de asistir a vehículos eléctricos, Martí destaca que, además de los posibles riesgos en caso de accidente, cargar o remolcar un automóvil eléctrico puede ser más complicado y costoso que hacerlo con un vehículo de combustión convencional. Por lo tanto, la asociación está demandando una formación específica que, según Martí, podría ser proporcionada por las empresas de auxilio si recibieran una compensación adicional por parte de las aseguradoras.
A pesar de la preocupación de los gruistas, Martí señala que los vehículos eléctricos no requieren más asistencias en comparación con los vehículos de combustión, al menos por ahora. Sin embargo, destaca que la pronta respuesta de los usuarios de vehículos eléctricos a los problemas técnicos, gracias a la tecnología más avanzada, puede generar un aumento en la demanda de servicios de asistencia.
La respuesta de las aseguradoras a la demanda de los gruistas ha sido ambigua hasta el momento, según Martí. Aunque las aseguradoras han indicado que estudiarán la situación, no se ha logrado un progreso sustancial después de cinco meses de negociaciones. En última instancia, la falta de acuerdo sobre tarifas diferenciadas para la asistencia a vehículos eléctricos podría resultar en la renuencia de las empresas de auxilio en carretera a prestar servicios a estos automóviles, especialmente si esto implica mayores costos y tiempos de trabajo.