La Universidad de Emory, ubicada en Atlanta, Georgia, ha llevado a cabo un experimento pionero utilizando monos capuchinos para investigar la percepción de la equidad y la cooperación en el reino animal. Las llamadas «pruebas de equidad» han arrojado luz sobre la capacidad de los monos capuchinos para entender y reaccionar ante situaciones que involucran la distribución de recursos.
El experimento de las pruebas de equidad
El experimento de las pruebas de equidad en monos capuchinos, dirigido por investigadores de la Universidad de Emory, se centra en la percepción de la justicia en estos primates. Para llevar a cabo el experimento, los investigadores presentaron a los monos capuchinos una serie de situaciones en las que se distribuían recompensas en forma de alimentos en función de una tarea realizada.
En una versión típica del experimento, dos monos capuchinos se colocaban uno al lado del otro en jaulas separadas pero adyacentes. Se les pedía a ambos que realizaran la misma tarea, como entregar una piedra o realizar una acción específica. Una vez completada la tarea, se les entregaba una recompensa, que podía ser comida.
Las reacciones de los monos capuchinos
Lo interesante del experimento es que, en algunas ocasiones, a uno de los monos se le daba una recompensa de mayor valor que al otro, a pesar de que habían realizado la misma tarea. Los investigadores observaron las reacciones de los monos capuchinos y estudiaron si los monos eran sensibles a estas desigualdades en la distribución de recursos.
Los resultados revelaron que los monos capuchinos eran sensibles a la equidad y la justicia en la distribución de recompensas. Cuando uno de los monos recibía una recompensa de menor valor que su compañero por realizar la misma tarea, a menudo manifestaba signos de descontento. Las reacciones incluían rechazar la recompensa, mostrar comportamientos de protesta y, en algunos casos, incluso negarse a aceptar la recompensa si consideraban que era injusto que su compañero recibiera un premio peor.
Imaginen, llegaba a rechazar la recompensa el que recibía una mejor porque consideraba que era injusto que su compañero recibiera una inferior.
Ahora piensen en el mundo en el que estamos viviendo en estos momentos. Imaginen que dentro de esta sociedad tan machacada nos comportáramos como esos monos capuchinos, no habría agendista dictador que pudiera con nosotros. Porque, por mucho que tuviera a una parte de la sociedad comprada, esta también se rebelaría por el maltrato sufrido por la otra parte de la sociedad.
No tendría éxito ni el agendismo, ni el Sánchez de turno por muchos policías que nos intentara poner detrás para controlarnos, ya que estos también tendrían muy inculcada esa equidad y considerarían injusto el maltrato a sus semejantes.
¿Quiénes son más irracionales, esos monos o nosotros?
Yo tengo otra interpretación.
Muy buena Diestro…