El 20 de octubre de 1982, la localidad de Tous, en la provincia de Valencia, España, vivió una de las tragedias más devastadoras de su historia. En ese fatídico día, la presa de Tous colapsó, desencadenando una inundación catastrófica que dejó a su paso una significativa pérdida de vidas humanas. El número de víctimas fue realmente impactante, con un total de 30 personas fallecidas como resultado directo de este desastre.
La presa de Tous, construida en el río Júcar, había sido erigida en 1957 con el propósito de regular el flujo de agua, generar energía hidroeléctrica y proporcionar suministro de agua para la región de Valencia. Sin embargo, a lo largo de los años, la presa mostró señales de debilidad y sufría de falta de mantenimiento adecuado. Lamentablemente, estas preocupaciones no recibieron la atención debida.
El fatídico día del colapso, una fuerte tormenta afectó la región de Tous, y la acumulación de agua detrás de la presa superó sus límites de seguridad. La presa no pudo soportar la presión del agua y cedió, liberando una cantidad masiva de agua que arrasó con todo a su paso. Las consecuencias fueron devastadoras para las comunidades aguas abajo.
La rápida inundación de las localidades cercanas, como Tous y Sumacàrcer, provocó la trágica pérdida de 30 vidas. Las personas afectadas por la crecida de agua se encontraron en una situación de extrema vulnerabilidad, ya que el desastre se desató de manera inesperada y con una fuerza incontrolable.
El derrumbe de la presa de Tous se convirtió en un llamado de atención sobre la importancia de la seguridad de las infraestructuras hidráulicas y la necesidad de un mantenimiento adecuado. Tras el desastre, se llevaron a cabo investigaciones y reformas para garantizar que situaciones similares no se repitieran en el futuro.
Además de las pérdidas humanas, miles de personas resultaron desplazadas y las propiedades y la infraestructura en la región sufrieron graves daños. El colapso de la presa de Tous dejó cicatrices imborrables en la memoria de la comunidad local y sirvió como un recordatorio de la importancia de la seguridad en la construcción y mantenimiento de infraestructuras críticas.