No sabemos si es que los miembros de esta sociedad en la que vivimos vienen así de serie, o si es que los efectos del grafenazo están causando estragos en las cabezas, pero el caso es que esta sociedad cobarde va de mal en peor. Y no solo por su más que demostrada cobardía y servilismo al poder, también porque parece importarle todo muy poco y excepto por asuntos «chorras», como el de Rubiales, no se mueven del sofá, ni aunque les forzaran a hacerlo con una grúa.
Y de eso no es algo de lo que nos demos cuenta solo nosotros, lo saben los políticos y lo sabe, también, toda esa gente que viene de fuera y que está viviendo a cuerpo de rey, gracias al trabajo y al esfuerzo de todos, de los despistados y de los que no lo están tanto.
Pero por si eso fuera poco, encima se te cachondean a la cara con el asunto exponiéndote lo bien que viven sin dar palo y diciéndote, además, que te lo cuentan, pero que no lo hacen por dar «envidia».
Y qué quieren que les digamos, todo esto ya nos está empezando a parecer hasta normal. Porque la cosa, aunque parezca nueva, viene desde hace ya muchos años gracias a un sistema que lleva haciendo de las suyas desde el primer día. La cuestión ahora es si seremos capaces de despertar en algún momento, o si nuestra probada holgazanería lo evitará.
Otro montaje, ni es musulamana ni dice la verdad.
Solo le ha faltado decir que le pagaban las drogas y los condones para no quedarse preñada.
Me da a mi que del entorno Podemos para luego reirse de los voxeros que piquen.
Quien se crea esto es tan gilipollas como quien se cree el beso de la muerte de la Cosa Nostra de Rubiales.
El mismo beso que aparece en el Padrino lo que indica que es un montaje de ambos.
Falso. Es sarcasmo o un montaje. Para creerse eso hay ser más idiota que los que creen que la vacuna del covid es buena para la salud.
Pues la cosa es que sí que cobran ayudas y estás les da para vivir sin trabajar. Y esto si es verdad.